La voz poética de Adriana Bañares nace de las entrañas y se abre paso a través de la piel para convertirse en grito urgente y delicioso.
Gracias a Excodra Editorial recuperamos este imprescindible poemario de Adriana Bañares, de momento en formato digital y a partir de marzo en papel. Una gran noticia para quienes consideramos a la poeta logroñesa una de las voces más necesarias en el actual panorama literario. Tal vez ese arma de doble filo que es la sobreexposición en las redes sociales en que la autora se sumerge adoptando un personaje amado y odiado a partes iguales juegue a veces en contra de la innegable calidad literaria de esta al crearse prejuicios establecidos de antemano. Quién sabe, este es un mundo raro, pero yo no concibo que alguien no pueda desarmarse ante la belleza visceral que esconden los versos incendiados de Ánima esquiva.
Nos encontramos ante un bestiario interior demoledor del alma de una mujer que se encuentra inmersa en el desconcierto de la existencia. Ese extraño punto vital en el que dejamos atrás la adolescencia para situarnos en el frágil y resbaladizo terreno de lo adulto, un limbo extraño en el que la única huida posible es hacia adelante y ese horizonte no puede resultar más gris y frío. Suerte de diario apócrifo, en Ánima esquiva la autora va desgranando poemas entre el verso y la prosa y el “pudor y la arrogancia”, sentimientos en carne viva que desgarran la piel y nacen de las entrañas de una identidad que pugna por encontrar un lugar propio y reconocible. La mencionada identidad, la familia, el amor y desamor, el sexo o la propia creación literaria son algunos de los temas que van conformando este grito de deliciosa literatura.
Un poemario excelso en la utilización del lenguaje, en la estupenda meticulosidad de cada palabra que se mueve entre pulsiones pulp y a veces incluso gore. Voces, por ejemplo, funciona perfectamente como cuento de terror y al mismo tiempo como desgarrador poema de desarraigo familiar mientras que Serie b (hard to be soft, tough to be tender) expone con emocionante crudeza el deseo de penetrar en el interior del ser amado, de atravesar la incomprensión. Por otro lado Orla, el descomunal Todos somos monstruos o La tiranía de la estética denuncian de manera brillante alguno de los muchos males de esta sociedad. Ánima esquiva tiene mucho de dolor, mucho de verdad, y mucho de venganza (no sé si fría) de los raros de este mundo.
Adriana Bañares cultiva imágenes contundentes con un manejo envidiable del lirismo y el ars poética haciendo de la asumida modernidad de su propuesta una virtud insuperable. Un libro excelente y difícil de catalogar porque se descompone en puro sentimiento.