La familia grande de Camille Kouchner, publicado en nuestro país por Ediciones Península, ha sido un acontecimiento literario en Francia, desvelando un secreto de la flor y nata de la sociedad que se ha silenciado durante años y que ha hecho tambalear los cimientos de la poderosa élite cultural y política francesa. La autora es hija del exministro Bernard Kouchner y cofundador de Médicos sin Fronteras y de la escritora, politóloga y profesora de derecho y ciencias políticas Évelyne Pisier.
La historia es narrada por Camille y relata la vida de su familia, contándonos desde la juventud de su abuela hasta su propia adultez. Se detiene especialmente en la vida de sus padres, recordando las continuas fiestas celebradas en los veranos que convertían a los amigos de sus progenitores y a su descendencia en una gran familia. A pesar de que la escritora, que trabaja como abogada y como profesora universitaria de derecho privado, cambia los nombres de ciertos allegados para preservar su intimidad, el lector puede descubrir fácilmente las identidades reales de los personajes más importantes si indaga por internet.
La familia grande continúa la línea que inició un año antes la editora y escritora Vanessa Springora con El consentimiento, cuestionando ciertos valores como el deseo, la culpabilidad y el consentimiento, una obra que ya revolucionó el panorama literario y social parisino. Ambas comparten una denuncia del abuso y el esclarecimiento del opresor, junto a un relato de sus vivencias, mientras emprenden una lucha por una mejora en las leyes francesas que protejan al menor, por una justicia eficiente. Desafortunadamente las dos autoras sufren un estigma con el que han de vivir siempre; en palabras de Kouchner: “Mi culpabilidad es la del consentimiento”.
Con oraciones cortas y contundentes, la abogada rememora escenas de su niñez y se plantea su responsabilidad en el secreto familiar: el mantenerse en silencio durante años generó unos remordimientos que la autora simboliza con una hidra. En ambos relatos de las escritoras galas es común la culpabilidad de las víctimas frente al opresor (“Inmensa culpabilidad por existir”) y los mecanismos de dominación de un hombre relevante que sabe que puede excederse en sus acciones sin sufrir graves consecuencias. Las vivencias familiares sobrecogen al lector que, con una intranquilidad permanente desde el comienzo de la obra, no puede parar de leer todo lo que rodea a los Kouchner-Pisier, encandilado por la estirpe y espantado por su secreto.
La familia grande de Camille Kouchner es un testimonio necesario que da voz a los silenciados, a los que ahora necesitan gritar su dolor y exigir justicia.