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Cobertura y realidad: un análisis de lo que fue el 22M y cómo lo contaron los medios

El pasado 22 de marzo de 2014 tenían lugar en Madrid las “Marchas de la Dignidad”, una protesta multitudinaria que llevó a las calles de la capital a cientos de personas de todas partes de España para protestar contra los recortes y las medidas adoptadas por el gobierno del Partido Popular en materia laboral, educativa o sanitaria. La manifestación marchó pacíficamente hasta la madrileña plaza de Colón donde al finalizar se produjeron altercados violentos. Muchas voces han protestado por la cobertura que hicieron los medios aquel 22 de marzo.

Uno de los carteles del 22MLa convocatoria del 22 de marzo fue multitudinaria, pero los medios de comunicación decidieron no informar sobre ella hasta el día mismo de su llegada. Es el caso de TVE (Televisión Española). Los informativos de esta cadena abrieron el día 21 con la noticia de la inminente muerte de Adolfo Suárez, a quien le dedicó casi 20 minutos cuando todavía no había fallecido, y no nombró en ningún momento la protesta que iba a tener lugar al día siguiente. Por su parte, el telediario de Antena 3 dedicó unos minutos al final del informativo a comentar la llegada de personas para la protesta del día 22, pero lo explicaba de esta forma: “la delegación del gobierno en Madrid ha preparado un importante dispositivo de seguridad para evitar incidentes ante la llegada de las llamadas Marchas por la Dignidad en  Madrid”. De esta forma ponían el punto de mira en el despliegue policial y daban a entender que existía la posibilidad de que se produjeran actos violentos. Por el contrario, Cuatro sí que habló de la llegada de las columnas a Madrid el día 21 de marzo y de su objetivo de “protestar contra los recortes sociales”. Como comenta el periodista de La Marea, Antonio Maestre: “La ocultación de la información es una táctica más de manipulación que los medios de comunicación de masas usan para evitar, por ejemplo, la extensión de un problema”.

Los incidentes en las Marchas se produjeron alrededor de las 21:00 horas, precisamente el momento en que los informativos de TVE y Antena 3 comienzan su emisión, por lo que ambos comentaron la noticia de las marchas. El primero abría de nuevo su informativo con la información de Adolfo Suárez y hacía alusión a la “gran marcha multitudinaria” que había tenido lugar horas antes en la capital. En Antena 3 el presentador explicaba brevemente cómo habían transcurrido las marchas y puntualizaba: “miles de personas continúan allí donde se están produciendo los primeros incidentes”, en ese momento aparecía una imagen de la policía ocupando la plaza de Colón mientras se quedaba en pantalla la frase: “Marcha de la Dignidad” entrecomillada. Otro detalle que decidió destacar la reportera de este canal fue el hecho de que los manifestantes portaran banderas republicanas. Por su parte, Cuatro abrió su informativo con las imágenes de la violencia y las cifras de heridos y detenidos, pero intentaron separar la violencia de la manifestación pacífica haciendo comentarios como: “los propios participantes de las marchas estaban indignados con el vandalismo vivido anoche en Madrid”

Portadas El Mundo y El País el día 23 de marzo
Portadas de El Mundo y El País (23 de marzo).

El plato fuerte llegó el domingo 23 de marzo cuando casi todos los medios se olvidaron de informar de la manifestación pacífica y mezclaron las marchas con la violencia ocurrida tras su finalización, además, la muerte del expresidente Adolfo Suárez les valió para dejar por completo de lado este tema.  “La policía ha detenido a 24 personas por los altercados de anoche en Colón tras las llamadas Marchas de la Dignidad. El Ministro del Interior ha condenado las brutales agresiones que sufrieron los policías”. De esta forma daba la noticia de las marchas el telediario de TVE. En la prensa escrita, las informaciones vertidas en los principales periódicos españoles en papel destacaron por la omisión de los hechos ocurridos el día anterior o por la criminalización de los mismos. El País destacaba en un primer titular “El retorno de yihadistas desde Siria alarma a la policía española” y colocaba una imagen a una columna de la protesta con un titular que rezaba “Dignidad y gritos contra los recortes”. El Mundo titulaba “Los indignados toman Madrid y exigen no pagar la deuda” y lo acompañaba de la imagen de una agresión por parte de un manifestante a un furgón policial.

Más extremos fueron La Razón y ABC; el primero colocó una gran imagen de un manifestante a punto de agredir a un policía con un bate y titulaba “22M – La indignidad de la izquierda”. Por su parte, ABC decidió que más importantes que las protestas eran las declaraciones del entrenador Carlo Ancelotti sobre el partido de fútbol que tenía lugar aquella noche y le dejó al 22M un pequeño espacio en el faldón que decía así “Al menos 67 policías heridos. La izquierda radical provoca en Madrid los altercados más graves de la legislatura”, junto a este titular situaba la figura de un manifestante a punto de lanzar una piedra.

Portadas de ABC y La Razón el día 23 de marzo
Portadas de ABC y La Razón el día 23 de marzo

Del mismo modo, todos estos medios dieron protagonismo a las declaraciones de personalidades políticas y policías que pusieron el punto de mira en los altercados violentos, como el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, que comparó las ideas contenidas en el manifiesto de las Marchas con las de la ultraderecha, o la Alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que ha pedido recientemente que se regule el derecho a manifestarse en determinados lugares de la capital. De esta forma cayeron en el olvido las miles de personas que se habían manifestado horas antes pacíficamente y se vincularon los altercados con las propias marchas, cuando, como se ha explicado desde otros medios como eldiaro.es, la policía empezó a desalojar la plaza de Colón antes de que la manifestación terminara y los actos violentos se produjeron después. Rafael González de la organización de las marchas, asegura para InfoLibre que “no querían abrir los telediarios con las Marchas y por eso crearon la violencia”.

Las marchas también fueron recogidas por medios extranjeros que aportaron información sobre la manifestación pacífica y no solo sobre los actos violentos. Por ejemplo, el francés Le Monde titulaba: “Gigantesca manifestación para denunciar la emergencia social”, Al Jazeera: “Manifestantes marchan por el fin de la austeridad” o The Times: “hubo incidentes al final de una gran protesta mayoritariamente pacífica”. La semana siguiente a las Marchas de la Dignidad se producían manifestaciones en educación y el desalojo del Vicerrectorado de la Universidad Complutense de Madrid, que llevaba días ocupado por estudiantes. Durante este desalojo varios alumnos y alumnas les pidieron a los medios que habían ido a cubrirlo que “no diesen solo la versión oficial”. Igualmente, en otra de las manifestaciones en educación se oyeron gritos que decían: “televisión, manipulación”.

Quizás sea oportuno escuchar estos gritos y rescatar aquella frase que decía: “sin periodismo no hay democracia” ya que probablemente, si las y los periodistas olvidan su labor de informar con rigurosidad y veracidad, tampoco pueda haberla. Este tipo de informaciones son las que contribuyen al distanciamiento y a la pérdida de credibilidad de los medios de comunicación ya que la gente no se siente identificada con las informaciones publicadas. La semana del 24 de marzo, las redes sociales ardieron con los comentarios de todas las personas indignadas con la cobertura que se había hecho de una protesta que tanta ilusión había despertado y a la que después no se reconoció. En este momento, los medios independientes que han surgido en los últimos años, han cogido el testigo y se están posicionando como defensores de la verdad y del periodismo riguroso.

La periodista Olga Rodríguez publicaba la crónica de la manifestación en uno de estos medios, eldiario.es, y terminaba con estas palabras: “El discurso dominante se muestra más preocupado por la restricción del uso del coche en día de manifestación que por los seis millones de parados y los tres millones de niños en riesgo de pobreza. Importan más las marquesinas y los contenedores de las calles que el medio millón de desahucios y las personas amenazadas con perder su casa. El periodismo lleva una extraña deriva”. Puede que sea el momento de sentarnos y hacer examen de conciencia.

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