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Cuando los contadores de historias eclipsaron a las estrellas de cine

Una pizca de nostalgia rodeó la copa de Havana 7 inspirada en Toni García. Las calles lucían de rojo pasión aprovechando el tirón comercial de San Valentín, que asomaba una semana antes la etiqueta de comprar. Contra todo pronóstico, era 12 de febrero, asistí en tercera persona a un enamoramiento fulminante entre los primeros contadores de historias y las personas allí presentes. Palpitaba la retina, augurando una feliz velada mientras sufría el constante devenir del disparo, propio y ajeno. Nuestros protagonistas lo entenderían.

El primer encuentro, creado por Grupo Duende y Havana 7, reunió a un puñado de fotoperiodistas de larga trayectoria. Una apuesta segura si tenemos en cuenta el cometido de estos ciclos: homenajear a los mejores contadores de historias. Resulta fácil para alguien que interpreta dicho papel mucho antes de la captura. El poseedor del premio Pulitzer rompió el hielo de forma elegante, aunque poco había que romper en lo que terminó siendo una conversación entre amigos. Acomodados en un salón de culturetas y amantes del ron (Havana 7, por supuesto), no olvido la clase de periodismo que nos brindaron Javier Bauluz, Samuel Aranda, Alfons Rodríguez y Fernando Moleres. Corría el año 2013.

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Periodismo en estado puro desde la butaca en la sala Alfil | Alba Ferrera.

Regresé a nuestra cita del pasado martes al ritmo de la compañía Al Tran Trán Impro. No me tomen la evasión como una falta de respeto, esta segunda sesión de Historias que cuentan terminó arrancando algo más tarde de lo previsto. El cine solía ser más puntual, pero las palomitas estaban servidas y la copa de ron a medias. La espera era un disfrute vislumbrando asientos libres en una sala casi llena (y muy acogedora) del Teatro Alfil.

El cine al desnudo o lo que es lo mismo, acabar con los mitos de Hollywood, como apuntaría un acertado Toni Garrido, como misión. Mientras se suceden imágenes cinematográficas, el espectáculo protagonizado por los mediáticos periodistas Toni García y Toni Garrido se asemejaba a un encuentro de antiguos alumnos y alumnas, aunque sin los protagonistas presentes, lo cual puede resultar más divertido. El comentarista se libraba de miradas inquisitivas (las de sus presas, claro) para dar rienda suelta a las historias y vivencias profesionales.

Como suele sucederle a todo buen español, el idioma puede marcar historias determinantes en nuestras vidas. Con Clint Eastwood, por ejemplo, con quien tuvo su primera gran entrevista Toni García. Su pésimo inglés no podía frenar la labia del periodista especializado en cine. Sus publicaciones en Jot Down, El Mundo, Esquire o Revista Don ofrecen buena muestra de ello. Es, definitivamente, un excelente contador de historias. Brilló y fue querido -más, si cabe- por el público de ayer, y eso que no lo puso nada fácil. A nadie le gusta sentir cómo su mito pierde interés y, para colmo, en voz de un periodista; sembrado en todo momento, sí, pero periodista al fin y al cabo.

Utilizando un lenguaje más cinematográfico, podríamos decir que un brillante Toni García se vistió para la ocasión de actor principal, eso sí, sin poder competir con la voz imponente de un Garrido vestido de entrevistador, comentarista de las vivencias de su acompañante, que entra y sale de la trastienda de la pantalla y los festivales.

Si su primera gran entrevista tuvo como protagonista al autor de Gran Torino, Anthony Hopkins ocupó el indecoroso papel de pésimo entrevistado. Y Woody Allen el de cineasta durmiente, a quien también imaginamos dirigiendo películas con Morfeo en otras entrevistas donde no está García. Mientras se suceden las anécdotas, me detengo ante la fascinante voz de Garrido, que nos descubre sus inicios en la radio tras un breve intercambio de papeles. Escucharle es viajar en el tiempo. Hemos llegado. Los años dorados de la radio nos dan un gran recibimiento. Rompe el primer aplauso tras una vivencia del autor de Inculteces, que recuerda cómo se hizo con una antigua y preciosa radio familiar donde se escondían 20.000 pesetas. «Entonces aprendí que la radio da dinero», confesó entre risas.

En la trastienda de la pantalla o en festivales de cine, Toni García se maneja como Pedro por su casa. Venecia o Berlín, da igual. Son numerosas las anécdotas que dan rienda suelta a nuestra imaginación tras las palabras del periodista, pero el momento álgido de la noche lo vivimos cuando cabreó a Macaulay Culkin durante una promoción: “Antes de entrar a la entrevista, la publicista nos dio la orden a un periodista austríaco y a mí de que no mencionásemos nada de la visita del actor a la mansión de Michael Jackson y toda la polémica que se generó alrededor. El austríaco, que no se había enterado de nada, me preguntó de qué iba la historia y, más o menos, le expliqué que se especulaba con que aquélla había sido algo más que una visita de cortesía. El caso es que hacemos la entrevista y, cuando nos avisan de que sólo queda tiempo para una última pregunta, ocurre lo siguiente:

– Periodista austríaco: “¿Pasó algo entre usted y Michael Jackson durante su visita a Neverland?”.
– Macaulay Culkin (indignado, se pone en pie y tira la gorra al suelo): “¡No ocurrió nada! ¿Se puede saber quién le ha contado eso?”.
– Periodista austríaco (señalando a Toni): “Ha sido éste”.

«Recuerdo que me quedé blanco, recogí mis cosas a toda velocidad y salí corriendo mientras la publicista me perseguía amenazándome con que no iba a volver a asistir a un festival de cine en mi vida. No dejé de correr hasta que estuve a salvo en mi habitación”.

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La compañía Al Tran Trán amenizando los últimos minutos del encuentro en compañía de Toni García y Toni Garrido | Alba Ferrera.

Fue una de las mejores anécdotas de la noche, sin embargo, las diversas menciones a Isabel Coixet cobraron un protagonismo que no podemos olvidar ahora. Pero, «¿qué es el cine de autor?». La nota cómica a estas referencias la puso el actor Rafa Maza, utilizando el drama humano al que recurre la cineasta para interpretar una posible conversación entre un africano e Isabel Coixet, que busca la escena y un escenario no comercial para su película. De forma brillante, Maza se hizo con el aplauso caluroso del público, muy divertido con el escarabajo pelotero con el que finalmente se queda Coixet de todo lo que le muestra el nativo.

Casi al final de la noche pudimos asistir a la caída del mito (para sus acérrimos defensores). Brad Pitt huele mal y Angelina Jolie tiene una cabeza desproporcionada, eso es lo que mantiene Toni García. «¿Y el tipo más simpático de Hollywood?», preguntó Garrido. George Clooney, aunque Matt Damon también le parece un tío cojonudo.

Entre las intervenciones improvisadas a cargo de la compañía Al Tran Trán y la espectacular interpretación de Rafa Maza, nuestros periodistas no pudieron sentirse más acogidos. Una noche tremenda para no ver desde la butaca, sino para sentirse parte de un espectáculo único: todavía necesitamos historias, no en vano las personas estamos hechas de ellas.

Enlaces de interés: El Club. Havana 7. Historias que cuentan

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