Revista Digital

El indomable Pequeño Nicolás

A estas alturas de la película, ¿quién no ha oído hablar del pequeño Nicolás? Esta noche, el astuto infante aparece por duplicado en Telecinco y La Sexta en sendas entrevistas “exclusivas”, tras saberse que ha concedido una previa al periódico El Mundo.

El Lazarillo de Tormes, paradigma de la picaresca española, nació allá por el siglo XVI. Tuvo muchos trabajos junto a sus dueños: que si un clérigo, que si un escudero, que si un pintor, pero nunca daba palos de ciego y siempre arrimaba el ascua a su sardina, cual buen pícaro. Jesucristo ya no está de moda, su resurrección no importa a nadie; lo que verdaderamente parte la pana hoy día es la versión 2.0 del Lazarillo de Tormes, es decir, nuestro Pequeño Nicolás.

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¡Hola, soy Edu, feliz Navidad!

Saltó a nuestras pequeñas pantallas en los noticiarios de todas las cadenas ya hace unas cuantas semanas. A medida que se conocían más datos sobre él, la sorpresa colectiva iba in crescendo, como en cualquier episodio piloto de J.J. Abrams. E igual de inverosímil que sus historias era ir descubriendo la trama que este taimado joven había urdido a su alrededor; una, en principio, burbuja de mentiras, identidades falsas y búsqueda de contactos que no hacían sino evidenciar que bajo ese rostro de Chechu de Médico de Familia se escondía una personalidad ególatra y megalómana. Vamos, lo que viene siendo un Jorge Javier el día que se hace la keratina.

Obama, me debes una por presentarte a Michelle.
Obama, me debes una por presentarte a Michelle.

Con el devenir de los días, y ante la ausencia de comparecencias por parte de nuestro ladino protagonista, su figura fue mitificándose, envolviéndose en un halo de misterio que acrecentaba la insana curiosidad de buena parte de la sociedad que demandaba respuestas inmediatas. Ante la falta de éstas, y como era de esperar, los españoles nos pusimos en armas y sacamos la artillería pesada: los memes.

La red, Facebook y Twitter se colapsaron con los memes del pícaro Nicolás, memes que aludían a un único asunto: su don de la ubicuidad. Pues desde que saltó la noticia le habíamos visto en ruedas de prensa de ministros y miembros destacados del gobierno de España y de algunas comunidades autónomas, en una conferencia sentado a la vera del propio Aznar, figurando como hijo de algún presidente de empresarios, o incluso en el besamanos de la coronación del rey Felipe VI que yo, injustamente, tuve que resignarme a presenciar en una macropantalla de la entrada a uno de los cines de Gran Vía. C’est la vie!

No soy tan pícaro como él, lo reconozco; si lo fuera, ya habría entrevistado a Ana Pastor, mi objetivo no sólo los domingos. Pero estamos hablando de un ser superior. Y os justificaré por qué. Esta noche tanto La Sexta Noche en la cadena de Emilio Aragón como Un Tiempo Nuevo en la de Vasile habían anunciado a bombo y platillo que disponían de la exclusiva exclusivísima de las primeras declaraciones del Pequeño Nicolás, no sólo en televisión, sino en cualquier medio de ámbito nacional e internacional. Para todo periodista que se precie, después del revuelo levantado, de los ríos de tinta escritos sobre él, del secretismo en torno a su persona y de los memes suyos que han colapsado tu Whatsapp, la entrevista a nuestro Lazarillo era el Dorado, el sueño a alcanzar.

Y el Óscar al mejor actor protagonista es para...
Y el Óscar al mejor actor protagonista es para…

Y se la ha colado a los dos, a La Sexta y a Telecinco, doblada y hasta adentro, donde más duele. Porque esta mañana el periódico El Mundo se descolgaba con la entrevista en exclusiva (esta sí, de la buena) al Pequeño pícaro Nicolás, que en realidad dice que se llama Fran entre otras muchas aseveraciones que descubren que su papel en esta historia no era tan meramente presencial. Sí, estamos hablando de dos de las cadenas más influyentes de España, de dos de los medios de comunicación que tanto han criticado a las instituciones por permitir el intrusismo del que calificaban como “impostor” o “personaje”. Dos programas y televisiones a las que nuestro pequeño amigo del selfie les ha dado sopa con honda.

Recomiendo encarecidamente ver la entrevista en El Mundo y no perderse esta noche las restantes, más que nada para ver si lo que cuenta coincide o también se la ha colado al periódico del ácido bórico. Así, quizá, aunque aún guardemos un puñado de Perdidos, este secreto nos sea revelado. Adiós, Huelleros, id con Dios, digo con Nicolás.

PD: mi reflexión final de telespectador de hoy es: “¿Un Sálvame Deluxe con la Pechotes? ¡Ya!”

Fotografía propiedad de Telecinco.es.

Memes obtenidos de la red social Twitter.

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