Febrero se convierte para muchos galgos en su peor pesadilla. Con el fin de la temporada de caza, muchos de éstos son abandonados o en el peor de los casos sacrificados. Tres asociaciones y el Partido animalista reclaman medidas más severas y más vigilancia a la Guardia Civil.
Todo deporte tiene su cara y su cruz. Por desgracia la caza con galgo acarrea consecuencias nefastas para el protagonista de ese espectáculo. El galgo se convierte en esclavo de su virtud al terminar la temporada pagando incluso con su vida la maldad e inhumanidad de sus propietarios.
Las asociaciones Galgos sin fronteras, la Sociedad Protectora de Animales y Plantas y Baasgalgo, además del PACMA, piden a la Guardia Civil una especial atención a los galgueros “con medidas preventivas, de vigilancia, y sancionadoras”. Afirman estar cansadas de que todos los años se produzcan los mismos incidentes y no se haga nada para solucionarlo.
Algunos propietarios centran el foco del problema a los robos que sufren de los cuales solo 200 fueron registrados por el Servicio de Protección de la Naturaleza. La Guardia Civil asegura, además, que sólo se han registrado 53 abandonos de perros de esta raza en toda España en 2013. Algo que contrasta bastante con lo que dicen las protectoras. Si sumamos los galgos recogidos por una docena de ellas durante las mismas fechas, superamos los 2.600.
En España hay medio millón de galgos federados cada año y de ellos un 10% desaparecen con el cese de la temporada, según afirma Cristina García, de Galgos sin fronteras. También afirma que no ha visto mejora alguna en el tratamiento que se le da a estos animales y critica que eurodiputados como Luis de Grandes, del PP, no hayan escatimado esfuerzos para tumbar todas las iniciativas para prohibir la caza con estos animales en el Parlamento Europeo. “La imagen de unos galgos colgados en una viña se sigue dando, es una realidad, hemos tenido un caso hace muy poco”, declaró.
La presidenta de Baasgalgo, Beatriz Marlasca recordó que hace dos años se encontraron dos galgos semienterrados que llevaban chip y se puedo identificar a su dueño que fue condenado el pasado octubre a siete meses de cárcel. “Este señor llegó a decir que no sabía que ahorcar a un galgo era un delito. La condena es a todas luces insuficiente, pero un juez no puede condenar a más de lo que tiene en su Código Penal”, afirmó.
Febrero se convierte en el peor mes para éstos perros que lo dan todo por su dueño y a cambio reciben, en algunas ocasiones, el peor de los desprecios. Cabe destacar que el ser que comete este tipo de delitos es capaz de hacer cualquier cosa en la vida y no debe considerarse galguero, puesto que no lo es. Generalizar es sinónimo de desconocimiento y meter a todos los aficionados a este deporte en el mismo saco es un error. Lo sucesos de galgos abandonados y sacrificados no son minoritarios por ello todas las organizaciones, incluidas las Federaciones de galgos de todas las regiones españolas, deberían luchar para combatir éste tipo de delitos y salvaguardar ante todo la vida del galgo.
Fuente de las imágenes: Galgos sin fronteras