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‘Érase una vez la Volátil’: la construcción de una artista

erase-una-vez-la-volaitlLumen publica lo último de Agustina Guerrero: Érase una vez la Volátil. Como en obras anteriores de la autora, una historia con tintes personales vuelve a cobrar forma de cómic para expresar una vivencia que será trasladable a muchas otras personas que se lanzan a la aventura que le deparan estos cambios. El juego entre lo trágico de la vida y el humor que acompaña a la protagonista construyen una obra atractiva.

Como en los cuentos de hadas, Agustina comienza el título de su obra con “Érase una vez…”. Sin embargo, el cómic no lo es o quizás no sea el propio cuento de la Volátil, en el que no existen príncipes azules ni grandes castillos: la vida de una joven que busca un trabajo, una pareja, una estabilidad… En definitiva, se narra la historia de una joven que no pretende ser modelo de nadie, pero que consigue que nos identifiquemos o que reconozcamos a alguien en ella.

Al igual que les ocurrió a grandes artistas y sus obras, una ruptura amorosa será el desencadenante del comienzo de una larga historia hacia la conversión a artista de la Volátil. Desenfadada, natural y sin inhibiciones, la autora muestra la construcción su alter ego. Con trabajos como Diario de una Volátil o La Volátil. Mamma mia! ya ha formado una protagonista muy bien definida, con carácter, que se ganará un hueco en el corazón de los lectores.

Con un trazo sencillo y un ligero rubor en las mejillas de la Volátil, Agustina Guerrero construye un volumen en blanco y negro que trasmite una complicidad que compartirá con el receptor. Entre las líneas negras se entremezclan unas ilustraciones a color que rompen con el esquema cromático y crean pequeños momentos de intimidad de la Volátil a todo color. Con ello, se confeccionan pequeños momentos de reflexión, no solo de la obra y de las decisiones de la protagonista, sino que nos anima a parar nuestra vorágine de vida, de vez en cuando, para pensar y disfrutar de los pequeños instantes.

Una edición cuidada con una portada que evoca los sueños mirando las estrellas —como a muchos nos ha ocurrido teniendo desde las ideas más disparatadas a las más cuerdas y coherentes—, con un tamaño perfecto para poder sacarlo de casa y disfrutarlo en cualquier lugar. Es el cómic que conseguirá sacarte una sonrisa en cualquier lugar, ya sea en el transporte público o en la comodidad del sofá.

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