La población de golondrinas ha descendido un 30% en España. El abandono rural, la arquitectura moderna y los pesticidas son los culpables de su desaparición. Cada año se pierden un millón de ejemplares en nuestro país y eso afecta directamente en nuestro entorno. SEO/BirdLife ha nombrado Ave del Año 2014 a esta incansable viajera para que luchemos por no perder su canto.
Cuando florece y el buen tiempo anima a disfrutar del aire libre, unos singulares aleteos adornaban el paisaje anunciando el cambio de estación. No fallaba, la llegada de los rayos del sol y los nuevos brotes hacían que los porches y tejados de muchas casas se convirtieran en los hogares de estas hermosas aves. Sus nidos eran el cobijo de unos hambrientos polluelos que ansiaban la llegada de sus padres para llenar el buche. Pero esto ha cambiado. Carlota mira con tristeza el alféizar que preside su hogar y se lamenta: “hace tiempo que ya no anidan aquí cuando nunca se perdían su cita con la primavera”.
La golondrina común es parte del decorado rural español. Actualmente sufre una gran regresión por el conjunto de varios factores como el despoblamiento rural y la escasez de material para la construcción de sus nidos en zonas urbanas. El abandono de nuestros campos hace que en los lugares de cría preferidos por las golondrinas, sean abandonados o destruidos que se suma a la persecución directa y la falta de lugares adecuados para anidar en modernos edificios. También sabemos que se abusa de los insecticidas junto con otros químicos en los cultivos, mermando el potencial reproductor de este ave y eliminando su principal fuente de alimentación, los insectos.
¿Y cómo se sabe que España pierde un millón de ejemplares por año? Estos datos los ha podido extraer SEO/BirdLife que desde hace décadas hace un seguimiento desde África hasta nuestro paisaje. Recorren 3.500 km en 30 días y esto es posible conocerlo con el programa Migra, que consiste en el seguimiento de su vuelo gracias a la colocación de un aparato de menos de 0,6 gramos en su espalda. Observan la evolución de las poblaciones de golondrinas y cómo éstas, generan indicadores sobre la calidad de conservación de los ecosistemas. Su población sufre un gran declive, más del 30% en los últimos diez años y esto, está ocurriendo a otras especies comunes propias del medio agrario.
A través del programa Sacre (Tendencia de las Aves en Primavera) elaborado por miles de voluntarios, se determina el feroz descenso de la población que sufre este ave así como especies ligadas a ambientes rurales con un aumento de las generalistas propias de medios forestales. Según el Comité Español de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, esta especie podría considerarse en España dentro de la categoría de amenaza vulnerable, similar a la de la cigüeña negra o el buitre negro.
El ave que acompaña al ser humano desde antaño, sufre un gran descenso de ejemplares en toda Europa y en España. Esto es consecuencia del deterioro de nuestros paisajes y de la merma en nuestra calidad de vida. SEO/BirdLife lleva 60 años alertándonos de cómo nuestro comportamiento puede influir en nuestro alrededor. Y desde la organización lanzan este mensaje: “un mundo con golondrinas es, sin duda, un mundo mejor para todos”.
Imágenes cedidas por SEO/BirdLife