Se acerca la cita anual con el festival de Eurovisión, que como siempre se celebrará en Mayo (entre el 10 y el 13 concretamente). En esta ocasión será en Ucrania tras su victoria in extremis sobre Rusia, con el polémico nuevo sistema de votación en el que se daban todos los puntos del voto del público a la vez, ganando en emoción pero perdiendo en costumbrismo. La evolución del festival en el siglo XXI le ha hecho ganar en espectacularidad por la utilización de las nuevas tecnologías en un escenario que cada año se convierte en el principal protagonista, convirtiéndose en uno de los mayores espectáculos musicales del mundo.
De hecho los mismísimos Oscars abrieron su última gala con una canción que ya se pudo disfrutar en el descanso de la edición del año pasado en Estocolmo, el Can´t stop the feeling de Justin Timberlake, aunque con algo menos de glamour.
Solo hay que echar un vistazo a los ganadores de los últimos cinco años para comprobar que Eurovisión es un gran espectáculo musical y visual:
– Ell & Nikki se llevaron la victoria para Azerbaiyán en 2011 por su mezcla de dueto romántico a lo Disney con fuegos artificiales.
– Lo de la sueca Loreen con Euphoria en 2012 es una muestra de fuerza en un escenario reducido a la mínima expresión con una canción que se convirtió en himno de ese verano en toda Europa.
–Emmelie De Forest con Only teardrops empezó a sacar partido de ese escenario futurista acompañada por tambores, por su juventud y repitiendo descalza al igual que Loreen el año anterior, llevándose la victoria para Dinamarca.
– Con Conchita Wurst Eurovisión terminó de resurgir con una canción sobre superación personal en la que el escenario convertía a la austriaca con barba en el Fénix que le daba título, arrasando.
– Las posibilidades del escenario se comprobaron con la perfecta sincronización de Mäns Zemerlöw con sus muñecos digitales que permitieron a Heroes llevarle el triunfo nuevamente a Suecia.
– Finalmente Jamala con 1944, una canción contenida que se convierte en una explosión de vida transformada en un árbol creciente, es la responsable de que este año toda Europa esté pendiente de Kiev en Mayo.
Si continuamos con momentos espectaculares la lista puede ser interminable: el año pasado impresionó ver al ruso Sergey Lazarev con You are the only one jugar tanto con el escenario que casi le hace ganar, el juego de sombras de Estonia con Goodbye to yesterday junto con la rabia de Elina Born en 2015, las dos participaciones de Australia con el ritmo de Guy Sebastian a lo Bruno Mars y el magistral Sound of silence de Dami Im….
A todo esto hay que añadir las actuaciones de los organizadores que en las dos últimas ediciones han tenido de maestros de ceremonias a los ganadores de los años anteriores Conchita Wurst y Mäns Zemerlöw, que han ejercido como perfectos anfitriones y que han podido demostrar su talento con grandes números musicales, sobre todo en las semifinales.
Estamos seguros que en la edición de 2017 habrá muchos otros momentos memorables y esperamos que el Do it for your lover de nuestro Manel Navarro sea uno de ellos. Aunque todo apunta a que este año habrá mucho Occidentali´s Karma……»Ommmmm» y lo veremos en TVE.
A menos de dos semanas para que se celebre en Kiev el Festival de Eurovisión, parece que ya hay un claro favorito a arrebatarle el título a la ucraniana Jamala y llevárselo por primera vez en muchos años, de nuevo a uno de los integrantes del «Big Five»: Occidentali´s Karma interpretada con mucha garra y gracia por el italiano Francesco Gabbani, puede devolverle el triunfo a uno de los clásicos del festival de Eurovisión.
Desde que el festival empezó a crecer con todos los nuevos países surgidos de Europa del Este, tuvo que hacer un par de semifinales para poder dar cabida a todos los participantes. Hay cinco países que están clasificados directamente para la gran final sin necesidad de pasar por la criba de semifinales, además de por su importancia histórica en el festival por la importante aportación económica que hacen sus televisiones públicas. El «Big Five» son España, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido. Desde que ganase Alemania al inicio de esta década ninguno de los integrantes de este «selecto» grupo había sido tan favorito como este año Francesco. Pero no lo tendrá fácil ya que otros países le pisan los talones:
– El suequísimo Robin Bengtsson con la discotequera I can´t go on tiene a sus espaldas la grandilocuente puesta en escena que ya hizo ganar a Märs hace dos años, sorprendiendo esta vez con una nueva forma de utilizar las cintas para correr. No hay ninguna duda de que pasará sin problemas la primera semifinal en la que participa.
– En la tercera participación de Australia en el festival vuelve a estar entre las favoritas, como ya ocurrió en sus dos anteriores. Se nota el gusto por la música de los australianos que cada año, pese a ofrecer una apuesta distinta, sigue impresionando por su potencia. Esta vez el jovencísimo Isaiah con la superbalada Don´t come easy no necesita parafernalias para meterse entre las favoritas. El año pasado estuvo a punto de ganar y se rumoreaba que si finalmente lo hacía elegirían Barcelona para celebrar el festival. Puede que este año se haga realidad. Tampoco tendrá problemas para clasificarse en la primera semifinal.
– Esta vez Rumanía sorprende mezclando una cantante con aires tiloreses, Ilinca, con un rapero que se come el escenario, Alex Florea. Mezcla extraña con la que consiguen una canción potente que se sale de la norma y puede dar la sorpresa, pasando desde la segunda semifinal en la que participará.
En el resto de participantes predomina la música discotequera, pero previsible, dando la sensación de haberlo escuchado ya antes, fácil de escuchar y fácil de olvidar. Quizás la más potente de este grupo discotequero sea la interprete de Azerbayán, Dihaj con Skeletons, por su personalidad cantando es fácil que también pase a la final.
En el otro grupo están las baladas con toques Disney, donde destaca Croacia con la combinación perfecta de italiano e inglés en la canción My friend interpretada por Jacques Houdek, que también será uno de los clasificados de la segunda semifinal. El resto serán fácilmente olvidables, salvo Rusia con su cantante en silla de ruedas (pero finalmente Ucrania no le permite viajar y participar en el festival) y Malta con una exuberante cantante vocal y físicamente.
Pero aunque estemos en un festival de música será primordial y determinante la puesta en escena el día de la gran final el 13 de Mayo. De hecho Italia ya ha tenido canciones favoritas, pero su pobre interpretación fue decisiva para no optar a la victoria. Eso le pasó en la última edición a la bella Francesca Michielin con la bellísima No degree of separation ya que esas frutas, hortalizas y vegetales varios en un palo por todo el escenario no consiguieron el efecto esperado convirtiendo su actuación en sosa. También Emma Marrone en 2014 tenía una potentísima canción, La mia città, pero parece que gastó toda la fuerza haciendo el vídeo y no lo supo trasladar al directo. Los únicos que se quedaron a las puertas en 2015 fueron Il volo con Grande amore consiguiendo el tercer puesto, con una gran actuación.
Viendo la potencia de Francesco Gabanni cantando en el escenario donde sólo le acompaña un bailarín vestido de simio, no necesita mucho más para llevarse la victoria. Pero los demás también juegan y si el año pasado Australia y Rusia estuvieron a punto de ganar por su gran puesta en escena, parece que el que le puede hacer más sombra es nuevamente Suecia, con muchas victorias a sus espaldas. Pero siempre puede haber sorpresas. Una de ellas sería nuestro Manel Carrasco, que salvo Austria, no tiene competencia en cuanto a canción buen rollera y fácil de tararear, con ese aire desenfadado que le caracteriza. Eso puede hacerle estar cerca de los diez primeros es esta edición, que veremos, como siempre, en TVE.