La editorial Malpaso publica Fachadas de Eric Lundgren, una laberíntica y oscura novela que se inicia con la inexplicable desaparición de una diva local en la ciudad de Trude.
Fachadas comienza con la desaparición de Molly, una enigmática mujer que se dedica profesionalmente a cantar en el Palacio de la Ópera. Mientras la policía investiga el extraño caso, Norberg, su marido, deambula en coche por la ciudad en busca de una pista del paradero de su esposa. El protagonista, además, tiene que enfrentarse con los problemas de su hijo Kyle, un difícil adolescente de diecisiete años que no tiene amigos.
Las escenas se superponen como si se tratara de secuencias fílmicas; así podemos imaginar la laberíntica ciudad de Trude y los lúgubres espacios por los que transita el protagonista. Incluso podríamos decir que Trude se convierte en un personaje más de la novela: se nos narran sus orígenes, la historia de sus alcaldes o el estilo de arquitectura de los edificios, erigidos por el constructor Klaus Benhard, del que, a lo largo de la novela, se nos desgranarán episodios de su vida. Trude se convierte en un lugar amenazador que hace que continuamente tengamos la impresión de que algo se esconde entre sus intrincadas construcciones.
En esa atmósfera de suspense y mientras las investigaciones avanzan, el alcalde decide eliminar algunos libros y suprimir el servicio de bibliotecas públicos. Ante el temor de la desaparición de miles de volúmenes y con el referente de Fahrenheit 451 del escritor estadounidense Ray Bradbury, los bibliotecarios, convirtiéndose en defensores del orden, la razón y la belleza, se encierran armados en la Biblioteca Central de Trude. Resultan curiosas estas escenas que nos hacen reflexionar sobre el inmenso poder de la literatura y de la palabra escrita, y su relación con la historia de la humanidad.
Eric Lundgren obtuvo un máster de escritura creativa en la Universidad de Washington y actualmente trabaja en una biblioteca pública de San Luis. Fachadas es su primera novela y sorprende su maestría al crear un clima inquietante, repleto de personajes peculiares que continuamente nos hacen desconfiar. El lector se ha de mostrar alerta ante las pistas que se van sucediendo y las intrigas indescifrables que se enumeran. El tono es digno de una novela de misterio al estilo de La trilogía de Nueva York de Paul Auster.
Pese al tono tan prometedor de Lundgren y el don para crear complejos misterios y diálogos ágiles, echamos en falta una resolución coherente de los numerosos enigmas que plantea. El desenlace de la desaparición de Molly nos deja una sensación agridulce; también acabamos desencantados con el secreto que envuelve la decisión de Kyle, el hijo del protagonista. Del mismo modo, otros enigmas permanecen sin aclararse, cobrando más importancia la ciudad en sí misma o los problemas del protagonista que el punto de partida de la obra. Aun así, Eric Lundgren ha creado una oscura, interesante y laberíntica novela que os invitamos a descubrir.