José Manuel Lara, dueño del grupo editorial Planeta, del diario La Razón y presidente de Atresmedia falleció ayer de un cáncer de páncreas. A los 68 años de edad deja un inmenso legado en el que todos los profesionales del medio lloran y vuelcan su pérdida.
José Manuel Lara, el hombre que no quiso ser editor y que acabó llevando el imperio que creó su progenitor, al cielo. Convirtió el conglomerado Planeta en el primer grupo de comunicación mundial en lengua Castellana, y el segundo grupo editorial francés. El joven estudiante del Liceo Francés de Barcelona quiso ser economista, por lo que no se perfilaba como el sucesor del negocio de su padre, aunque acabó siéndolo tras un lamentable accidente que acabó con la vida de su hermano. Así, en 1996 pasó a ser consejero del grupo y en 2003, tras la muerte de su padre, pasó a ser el Presidente de todo. Su mente empresarial la puso al servicio del grupo editorial, y supo rodearse de gente del mundillo, quienes acabaron siendo amigos personales.
José Manuel Lara tenía una profunda convicción conservadora (que heredó de su padre); era de los que dan su opinión sin morderse la lengua, próximo y con una sinceridad reconocida por quienes estuvieron a su lado. Tenía buen olfato para los negocios además de una mente excelente para los números. En su imperio cabe de todo, desde diversos medios de comunicación hasta distribución cinematográfica. Lara el mundo lo llevaba por montera, y no sólo era dueño de uno de los grupos más grande de comunicación, sino que fue durante más de 12 años el máximo accionista del Club Deportivo Espanyol y tenía cargos en el consejo administrativo del Banco Sabadell.
José Manuel Lara era un claro ejemplo de espíritu emprendedor, del saber hacer las cosas. Luchó contra todo lo que se le puso por delante. Fue un torero con la vida, aunque lamentablemente no pudo con su última batalla. Tres años luchando contra un cáncer de páncreas que ayer le ganó la partida. Pero si algo tenemos que tener claro es que siempre vio la vida con optimismo, y que nos deja un legado que le mantendrá vivo en la memoria de todos.