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Geoffroy Delorme, el fiel amigo de los corzos

La editorial Capitán Swing nos trae El hombre corzo, una bellísima historia que cuenta la inmersión de Geoffroy Delorme en el bosque donde logrará convivir con corzos durante siete años. La traducción de esta obra es de Blanca Gago. El libro incluye fotografías en blanco y negro que hizo el propio autor a lo largo de los siete años viviendo en la naturaleza.

Geoffroy Delorme aspira, desde su niñez, a internarse en la vida salvaje y ansía su libertad, alejado de sus padres y conocidos. Sus lecturas en el hogar, vinculadas con la naturaleza en buena medida, desencadenan en él una fascinación aún mayor; todo ello conduce inicialmente a unas escapadas nocturnas, siguiendo a los zorros y desarrollando sus sentidos para caminar entre la arboleda, en un espacio natural que le seduce: «Todos esos elementos de mi infancia están ahí para decirme que la vida salvaje me espera en alguna parte y, cuando consiga  liberarme del yugo de las obligaciones humanas, el bosque estará ahí para acogerme» (pág. 17).

Cuando finalmente decide tomar el camino de la naturaleza, Delorme comienza a vivir en el bosque y es entonces cuando el lector queda impresionado por su entereza e ingenio para adaptarse al nuevo medio: la comida y el descanso han de transformarse radicalmente. Poco a poco, el autor nos descubre la rutina de la verdadera naturaleza y a diversos corzos con los que comenzará a socializar; así nos encandila con Daguet, ese corzo tan tierno que le muestra un camino para conocer a sus compañeros, con la maternal Ètoile o con el dulce Chévi, e incluso se incluyen fotografías en el libro para que veamos qué aspecto tienen.

A la vez que nos presenta a sus amigos los corzos, el autor nos explica las peculiaridades de esta especie, diferenciándola de los ciervos o los gamos, analizando su alimentación, sus juegos o la forma en que marcan el territorio. Asimismo, nos demuestra su inteligencia y cómo son capaces de aprender. Irremediablemente la introducción de Delorme en ese hábitat y su estrecha relación con los corzos implica su alejamiento de la sociedad, un proceso que los lectores viven a su manera, ya que es inevitable reflexionar y juzgar el papel del hombre en la devastación de la naturaleza y el daño que hemos causado en la biodiversidad.

El hombre corzo. Siete años viviendo en el bosque de Geoffroy Delorme es una magnífica lectura que nos contagia el amor por el mundo animal y nos transmite la responsabilidad del cuidado del planeta. Aún no somos plenamente conscientes de que, si no cuidamos los bosques, acabaremos con el oxígeno que nos permite vivir. Hagamos caso a Delorme. Y que sea pronto.

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