Continuamos con la entrevista realizada a Pablo Berger y José Mota sobre la película Abracadabra en el XV encuentro del Pelis y Tuits (podéis leer la primera parte aquí), película que ya podéis ver en los cines desde el 4 de agosto.
“Pablo, quería preguntarte sobre las posibles influencias cinematográficas que tiene la película. ¿Hay algún director, o el universo de algún director, que te haya ayudado a construir la historia de Abracadabra?”
Berger: “Como he dicho al principio, antes que director, soy espectador, Amo el cine, soy un cinéfilo. (…) Cuando escribes el guión no eres consciente de las referencias. Simplemente lo escribes. (…) No sabes las referencias hasta que empiezas a ver, y de repente te dices, ‘¿qué cine me gusta?’ Pues me gustan las comedias muy serias. Yo creo que Abracadabra es una comedia muy seria, o un drama muy cómico, y ahí los grandes son Azcona y Berlanga, en este país, Billy Wilder en EEUU, Fellini… Incluso Buñuel, porque a mí Buñuel, ese elemento que juega entre lo real y lo fantástico, y toda su etapa mejicana. ¿En este país? Me encanta el cine de Pedro Almodóvar (…) y Bigas Luna, al que conocí y admiraba, por su sentido de ruptura, por arriesgar… Hay muchísimos. Ahora me vuelve loco el cine coreano, pero no me digas los nombres, porque no los puedo repetir (risas).”
“A mí me gustaría saber cuáles han sido los riesgos que has tenido que tomar a la hora de enfrentarte a un proyecto como este, después del pepino que supuso Blancanieves, ¿cuáles son los riesgos que tomas ahora?”
Berger: “Mira, yo creo que, cuando pasas los 50, hay ese momento donde todo te da igual. (…) Pasas ya de las crisis, ya las has tenido antes, y te planteo esta pregunta, ¿la vida o el cine? Y no hay vuelta de hoja, es la vida. Pero si esta pregunta me la hubiese hecho yo con 25 hubiese dicho el cine, porque el cine lo era todo en mi vida. (…) Lo único que sé hacer es hacer películas. No puedo parar, no puedo mirar atrás. Por alguna razón ya he aprendido mucho más de los errores y de los fracasos que de los éxitos. (…) Estoy preparado para todo. No sé lo que va a pasar con Abracadabra. Lo sabremos el 4 de agosto, porque las críticas están siendo muy buenas, pero yo no hago películas para la crítica, hago películas para vosotros, para el público. Yo quiero ser un director comercial, quiero tener tanto éxito como mi amigo Bayona, o Amenábar. Quiero que las salas se llenen, porque creo que el cine no tiene que ser exclusivo, no hay que excluir al espectador, hay que incluirlo.”
“Me sorprende que en todas tus películas has tenido tanto éxito y que en 15 años sólo hayas hecho tres películas me llama mucho la atención, y me gustaría saber cuál es el motivo.”
Berger: “Hay varios motivos. Sí que es verdad que mi filmografía es muy corta. (…) Mi primera película la escribí en Nueva York. Yo viví nueve años en Nueva York; fui a estudiar cine por una beca, me casé y me quedé. (…) Pero cuando escribí el primer guión me salió lo más cañí y castizo, me salió Torremolinos 73. (…) Llegué a España con mi título, un máster de New York University, donde ha estudiado Scorsese, y los hermanos Coen y Spike Lee, (…) y yo pensaba que las puertas se me iban a abrir sin parar. Y resulta que nadie creía que se podía hacer una comedia en el que mezclar una pareja, una historia de amor, el porno y los 70. Te has vuelto loco. Entonces tardé cinco años. (…) Afortunadamente fue un éxito de taquilla y de premios, y me volví a crecer, como buen chico de Bilbao (risas). Pero siempre he hecho lo contrario de lo que debía, (…) así que voy a sacar este proyecto, que ya sé que es jodido, mudo y en blanco y negro en el siglo XXI. Entonces al productor de Torremolinos, que le había ido muy bien, le presenté el proyecto de Blancanieves. (…) Me dijo, ‘mira, después de El Laberinto del Fauno (Guillermo del Toro, 2006), una película como Blancanieves va a ser un bombazo. Hasta el blanco y negro, muy bien, pero tú eres un cachondo, ¿eh? Poniendo en la primera página que esta película es muda y en blanco y negro, con música de principio a fin. Es broma, ¿no, Pablo?’ (…) Ocho años más tarde conseguí hacer la película, porque no había ningún productor que creía en que se podía hacer una película muda y en blanco y negro. (…) Con Blancanieves volví a tener éxito, afortunadamente, y eso ha sido la historia. Y Abracadabra, yo he tardado tres años, que me parece el tiempo adecuado, porque dos años me pasé simplemente viajando con la película, promocionándola. (…) Soy un director que cocina a fuego muy lento.”
“Estás comentando que, por un lado, una de tus características es el mestizaje de géneros, y por otro lado, que te gusta, sobre todo, sorprender al espectador, y por eso haces este mestizaje. La cuestión es, ¿los distintos géneros que eliges vienen dados con el guión? ¿Piensas primero en el género y luego en el guión? ¿Al revés? Porque cada vez será más complicado, supongo.”
Berger: “Como he comentado, cuando escribo un guión lo hago de manera muy caótica (…), las clases que tomé de guión no las sigo. Entonces empiezo una escritura automática, me dejo llevar por mis obsesiones. (…) Os juro que no sé lo que va a ocurrir en esos primeros meses de escritura. (…) Soy muy metódico, le doy orden al caos. (…) No te podría explicar. Nace. Sale de una manera muy natural. No intento provocar, no intento sorprender de una manera como consciente (…), mis películas salen como salen. Y sí que es verdad que se parecen entre ellas. Yo las reconozco, aunque físicamente pueden ser muy diferentes, una puede tener colores de saturado, como Torremolinos, otra puede ser de blanco y negro y de época, otra puede ser Abracadabra. Hay unos genes que he podido reconocer con el tiempo, que son emoción (…), humor, y tiene que haber sorpresa. Son los ingredientes que me gustaría que tuvieran todas mis películas, incluso las futuras.”
“Yo quiero preguntar a José alguna situación surrealista, alguna situación esperpéntica, un poco, durante el rodaje que viviste.”
Mota: “Bueno, yo he tenido la gran fortuna de trabajar con Pablo, Antonio de la Torre y Maribel Verdú, que es la persona más divertida que me he encontrado trabajando, porque es la niña que lleva dentro. (…) Yo la defino muy bien; del grupo de las mejores personas, es la peor (risas) (…) Es que hay cosas inconfesables, no las puedo contar (risas), porque me dan un poquito de cosilla. Pero de que a alguien le está ocurriendo algo, cualquier pequeña desgracia, y me busca, a ver si hay complicidad y nos descojonamos. (…) A mí me ha ganado Maribel, porque es cero engreída, buena compañera, súper generosa… Enseguida, tanto Antonio como ella, me acogieron (…), y yo me he sentido súper a gusto. ¿Que qué se vio? No lo voy a contar (risas).”
Berger: “Yo sí voy a contar algo divertido. Yo recuerdo a José y a Maribel haciendo de Camela, que está ahí y algún día lo colgaremos.”
Por supuesto, Mota no dejó pasar esta oportunidad para enseñarnos en primicia el vídeo de él y Maribel imitando a Camela llevando puesto el vestuario de la película, para goce y disfrute de los asistentes.
También aprovechó para saludar a su amigo Jorge Astyaro, que se encontraba entre el público, y ya de paso hacerle salir para que nos cuente cómo fue su participación en la película, ya que es un maestro hipnotista, y les asesoró en el tema del hipnotismo para así hacer la película lo más real posible.
Astyaro: “Pues sí, un día me llama la productora para consultarme que si podía quedar con un director de cine, porque iban a hacer una película en donde el tema iba a ser la hipnosis. Entonces me contactaron, les dije que sí, que encantado, y le dije, ‘oye, mira, a propósito, lo vamos a invitar a que venga a uno de los espectáculos de hipnosis para que lo vea, y de ahí hablamos.’ Y el espectáculo que viste fue un espectáculo para adultos que tenemos de hipnosis erótica, ese fue el primero. Eligió muy bien (risas) (…) Es un espectáculo subido de tono. Y yo dije, ‘bueno, bueno, ha venido al más complicado, ¿eh?’ Pero después del espectáculo nos sentamos a hablar con Pablo y fue increíble, porque hubo muy buena conexión, empezamos a hablar muy cercanamente, me empezó a hacer preguntas sobre la hipnosis y fue cuando me propuso… me dice, ‘mira, yo quiero, voy a hacer una película que es de humor, es una película… bueno, es una comedia, pero quiero que haya un trasfondo real sobre la hipnosis; quiero que las personas, los actores, aprendan a hipnotizar, porque hay un hipnotista, hay una persona que va a aprender y va a hipnotizar, y otra que va a ser hipnotizada.’ Y entonces a mí me pareció, pues, un reto muy interesante, y de pronto me enteré que al que tenía que enseñar a hipnotizar era al señor José Mota, que para mí ha sido un honor, y lo has hecho, porque has hipnotizado a gente. Has logrado hipnotizar a este chico… (…) a un compañero. Bueno, a Antonio. A Marcos. ¿Te acuerdas? Que hicimos algunas pruebas e hipnotizaste a Marcos.”
Mota: “Sí, pero sobre todo te tengo que decir, que no te he contado nunca, esto me ha servido para la vida real. Cuando voy a los supermercados y paso por la caja, y me dicen ‘son 75 euros’, digo (casquea los dedos) ‘mírame; un, dos, tres, a ti que te estoy mirando, de repente tus ojos se van a cerrar. No solamente no te debo 75, sino que me vas a dar las vueltas. Me vas a dar 15 euros (…). Un, dos, tres, devuélveme el dinero de un dinero que yo no te he pagado.’ (chasquea los dedos) ‘¡Ya!’ Entonces me da 15 euros, y digo, ‘ahora sí, ahora nos vamos entendiendo’, y sacando crédito meramente a la hipnosis. Quiero decir, que la hipnosis, mal utilizada, es un negocio, queridos amigos. (risas) (…) Bueno, tuve una gran fortuna, porque es un profesional de la hipnosis, y de hecho… ¿Probamos? ¿Probamos con alguien? Jorge, ¿tú te atreverías?”
Astyaro: “Bueno, me pones en un compromiso… Bueno. Al final. Acabáis la entrevista y los que se quieran quedar, si quieren hacemos alguna cosa. ¿Les gustaría?”
Por supuesto, al final de la entrevista nos quedamos todos para poder experimentar de primera mano si la hipnosis realmente existe, pues éramos muchos, entre los que me incluyo, los que teníamos ciertas dudas al respecto. Pero eso es algo de lo que profundizaré más adelante.
Al finalizar la entrevista surgió una última pregunta por parte del público. “¿De verdad os hipnotizaron?”
Berger: “Mira, dentro de poco colgaremos, está aquí Blanca, de Atresmedia, que es la que lleva todo el tema de las redes online, colgaremos un clip sobre la hipnosis (actualmente podéis verlo en el canal de YouTube de Atresmedia). En serio. (…) Después de la lectura de guión, que estaban todos los actores, y aquí aprovecho para decir que los tres protagonistas son Maribel, Antonio y José, pero es una película coral, que también aparece Quim Gutiérrez (…), José María Pou (…), Saturnino García (…), Ramón Barea (…), Javivi (…), Julián Villagrán… O sea, que hay un reparto grande. Pues todos ellos estaban en la lectura de guión, que es un proceso que hacemos antes del rodaje. Al acabar la lectura del guión, yo tenía un as en la manga, y dije, ‘sois un grupo de actores que me vais a hacer sufrir mucho y parecéis muy difíciles de dirigir; a ti, Maribel, sé que te puedo dirigir, pero, José, tela. Fíjate la experiencia que tiene. Antonio de la Torre, tela, telita, tela. (…) Pues mira, como va a ser difícil dirigiros, voy a probar una nueva técnica, y voy a tener un hipnotista en vez de un ayudante de dirección.’ Entonces salió Jorge, hicimos una sesión de hipnotismo (…) y Maribel Verdú en ese clip se le ve totalmente hipnotizada, (…) Antonio de la Torre está ahí, y hay otra actriz, que se llama Pilar Gómez, (…) que yo creo que sigue hipnotizada (risas) (…) Muchísimas gracias por haber venido.”
Tras concluir la entrevista llegó la hora de la sesión de hipnotismo improvisada con Jorge Astyaro. Para ello, comenzaba explicándonos un poco en qué consiste la hipnosis. “La hipnosis es real. La hipnosis es un proceso sugestivo, psicológico… (…) No tienen que creer en la hipnosis para poder ser hipnotizados. De hecho entramos en estados hipnóticos de manera natural aproximadamente unas cinco o seis veces al día. (…) Cuando nosotros focalizamos nuestra atención en una actividad, nuestra mente se centra en esa actividad y dejamos de poner atención consciente de nuestro entorno, y entramos en una especie de modo automático. ¿No os ha pasado, cuando van conduciendo el coche, llegan a su destino, y no se acuerdan cómo llegaron? Sin irse de copas (risas). Bien, eso es un estado hipnótico, porque automatizamos. Ahora, cuando entramos en esos estados hipnóticos, estamos mucho más susceptibles a la sugestión, que es cuando aceptamos algo, lo imaginamos y lo sentimos como si estuviera sucediendo de verdad, y en ese estado hipnótico nuestro inconsciente no hace una diferencia entre lo real y lo imaginario, y podemos imaginar y sentir lo que estamos imaginando como si estuviera sucediendo de verdad, como un sueño. Como cuando tenemos un sueño y de pronto empezamos a sentir ese sueño.”
Para demostrar esta teoría nos propuso hacer un ejercicio entre todos los asistentes, en el que juntábamos las manos, y nos concentrábamos en nuestros dedos. Siguiendo las indicaciones de Astyaro, nos imaginábamos que nuestros dedos índice eran unos imanes que se atraían. Sin embargo, no era algo que funcionara con todo el mundo; ya sea porque andaban distraídos con otros pensamientos, o porque no se concentraban del todo, no llegaban a sentir la sensación, llegando a ser más o menos la mitad de la sala los que sí lo sentíamos y la otra no. Aquellos que sí lo sentimos nos pusimos de pie para continuar con el proceso (aunque los que seguían sentados eran invitados a continuar con ello e intentar así conseguirlo). Seguidamente nos hizo cerrar los ojos y, siguiendo sus indicaciones, nos concentrábamos en mantenerlos cerrados, sintiendo que nos pesaban cada vez más y más, hasta el punto de querer abrirlos y no poder hacerlo, ya que nuestro subconsciente no nos dejaba. Acto seguido nos hizo levantar un brazo, y sentíamos que sujetábamos fuertemente unos globos, tan fuerte que, al intentar bajar el brazo, tampoco podíamos. Fue una experiencia de lo más impactante y sorprendente, pero lo mejor estaba por llegar.
Una vez concluido el ejercicio, sacó a algunas personas del público (entre los que me incluyo) para continuar con la hipnosis. A mí me cogió y me volvió a cerrar los párpados, como antes, para después irme relajando el cuerpo a través de mi brazo, mientras me decía que cuando contara hasta tres y dijera la palabra “duerme”, todo mi cuerpo se quedaría totalmente relajado, aunque estaría consciente en todo momento. Mientras me iba diciendo eso, mi mente no hacía más que pensar si de verdad acabaría pasando, pues, aunque iba notando esa relajación que decía, me costaba creer que realmente mi cuerpo dejara de responderme. “Uno. Dos. Tres. Duerme.” Al instante, todo mi cuerpo dejó de funcionar y me tumbó en el suelo. En mi interior estaba totalmente sorprendido ante lo que acababa de ocurrir, pero no era capaz de mostrar reacción alguna, pues mi cuerpo no me obedecía.
Lo que ocurrió a continuación lo tuve que ver a través del vídeo en directo que hicieron en la cuenta de Instagram de Silencio en la Sala y de otro vídeo que hizo una compañera del medio Series On Day, ya que, aunque lo escuchaba todo, no era capaz de abrir los ojos ni de realizar ningún movimiento.
Tras la experiencia vivida puedo decir sin ninguna duda que la hipnosis existe, que todo lo que se ha visto en espectáculos de televisión es totalmente real, algo que, hasta ese momento, pensaba que estaba preparado. Sin duda recomiendo, no sólo ir al cine a ver Abracadabra, pues la película pinta bastante bien, sino además el ir al teatro Lara a ver las diferentes funciones que tiene Jorge Astyaro, los lunes por la tarde tiene un espectáculo de hipnotismo llamado Hipnonautas, donde experimentaréis experiencias similares a las vividas en este evento; y los jueves por la noche tiene el show de Hypnotic Cabaret, el espectáculo de hipnosis erótica ya mencionado anteriormente. Aunque hay que darse prisa, pues este último estará disponible hasta el 31 de agosto. A continuación, podéis ver el tráiler de Abracadabra, en cines desde el 4 de agosto.