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La segunda parte de la venganza de Mia Corvere

Plaza y Janés publica la segunda parte de Las crónicas de la Nuncanoche bajo el título Tumba de Dioses. Jay Kristoff nos lleva de vuelta a la República de Itreya junto con Mia, Don Majo y Eclipse.  Un viaje de la mano de un narrador trovadoresco que nos guía por una novela renqueante entre juegos, seducción, sangre y traición, aspectos sobre los cuales ya nos previene la portada. Sin embargo, lo que se esconde tras las hojas nos sorprenderá.

La Iglesia Roja, escuela de asesinos, funciona por un sistema de mecenazgo por el cual una persona contrata los servicios de una Hoja para llevar a cabo con sus propios fines. Así pues, Mia, integrante de esta secta por derecho propio —aunque algunos lo dudan (por los acontecimientos finales del primer libro)—, deberá cumplir con sus obligaciones. Su último plan la llevará a venderse como esclava para formarse como gladiatii para conseguir enfrentarse a su venganza cara a cara. La congregación se interpone entre los planes de sangre de la joven. Así pues, ¿cuál será el movimiento de la sierva de la Negra Madre? Corvere no es conocida por su paciencia, ni su fácil carácter. Si Nuncanoche nos mostró como se la gastaba la tenebro con sus obstáculos, en Tumba de Dioses su personalidad le llevará a comenzar nuevas andanzas para conseguir su objetivo.

Tumba de Dioses construye un doble relato a la manera de su antecesor: dos tiempos cronológicos diferentes confluyendo y jugando con la información que recibe el lector. Estas dos líneas narratológicas no están muy distanciadas, pues solo las separan unos cuantos giros. Ambos arcos nos llevan ciegamente hasta el nudo del libro, el cual se hace de rogar. El ritmo lento nos mostrará a cuenta gotas la información, centrándose más en los pequeños acontecimientos, los juegos de seducción y psicológicos de los personajes. De este modo, la novela ahonda más, en un primer momento, en el desarrollo del personaje protagonista y no tanto en la trama —hasta bien avanzado el libro—.

Jay Kristoff nos pone ante el relato de Mia, sus daimons y su evolución dentro de una trama de venganza que no están simple como creía la joven. La República Itreyana, inspirada en la Antigua Roma, nos trasporta a un lugar despiadado y duro donde la trama se irá construyendo lucha a lucha. Tumba de Dioses es una novela de tempo pausado, con un desarrollo comedido, pues la información que poseamos será crucial mantenernos en un juego autor-lector. El punto fuerte, desde mi punto de vista, seguirá siendo el narrador que maneja el arte de la oratoria de una manera gratificante para el receptor. La historia continúa, pero ¿qué será de la vindicta de Mia?

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