La revuelta del pasado 24 de enero en Pristina, capital de Kosovo, dejó más de 22 policías y 15 manifestantes heridos. La manifestación fue organizada por el Movimiento Vetëvendosje (Autodeterminación) contra el ministro de origen serbio Aleksandar Jablanovic.
A principios de enero Jablanovic calificó de «salvajes» a unas mujeres albanokosovares que apedrearon un autobús con refugiados serbios que querían visitar una iglesia con motivo de la Navidad ortodoxa en la localidad kosovar de Djakovic. El sector albanokosovar se sintió insultado por dichas declaraciones. Los manifestantes pedían la dimisión de Aleksandar Jablanovic, aunque éste pidió perdón en público por su comentario. Además también reclamaban la nacionalización de un gran complejo minero en Trepca (en el norte del país), objeto de disputas entre Kosovo y Serbia.
Según fuentes policiales, la asistencia a la manifestación fue de 7.000 personas. Los enfrentamientos comenzaron cuando un gran número de participantes exigió a la policía retirar las verjas que marcaban el perímetro de seguridad del complejo gubernamental ante el que querían protestar. Tras la negativa a retirar las verjas algunos manifestantes trataron de romper el cordón policial y arrojaron a los agentes pedradas y otros objetos, a lo que los antidisturbios respondieron con gases lacrimógenos y cañones de agua contra los albanokosovares que allí se manifestaban.
Después de esta violenta manifestación, las autoridades de Kosovo dieron la cara ante lo ocurrido. El primer ministro, Isa Mustafa, destituyó el 3 de febrero a Jablanovic ministro de la minoría serbia encargado de Comunidades y Retorno de Kosovo. El primer ministro se limitó a decir: «A partir de hoy, el ministro Jablanovic no forma parte del Gabinete», sin dar ninguna explicación más al respecto. El exministro no tardó en pronunciarse al respecto y calificó de «profundamente decepcionante» la actitud de Mustafa.
Kosovo es un pequeño país balcánico de unos 1,8 millones de habitantes (de los cuales el 90 por ciento son de etnia albanesa) que declaró en 2008 su independencia de Serbia, país que no le ha reconocido. Sin embargo, el Tribunal Internacional de la Haya sí reconoce a Kosovo como país independiente. Por su parte, la Unión Europea (UE) reconoce a Kosovo como entidad especial haciendo así de su protector en numerosos aspectos. Aunque hay países dentro de la UE que no reconocen la independencia de este país balcánico, como España, Bélgica, Chipre, etc. Es decir, todos aquellos que tienen problemas de independentismos internos.
Además, Kosovo es candidato potencial a entrar en la UE: esto significa que hay planes de adhesión al bloque europeo. Ser candidato potencial significa recibir ayuda económica e institucional para esa futura adhesión. Sin embargo, son muchas las reformas que tienen que llevar a cabo para poder integrarse en el puzzle comunitario. No hay aún negociaciones abiertas por eso no forma parte de los candidatos oficiales como Turquía o Serbia, su eterno enemigo.