Revista Digital

Lío, lío, ¿quién es el asesino?

Regresa a la pequeña pantalla la que fuera serie revelación de la temporada hace ya dos años. Cargada de muertes y de suspense, la tercera entrega de Los Misterios de Laura pretende enganchar al espectador y acabar con sus competidores.

losmisteriosdelauraNIÑOSAtención, pregunta: ¿Qué tienen en común la eterna juventud de Isabel Preysler, que los personajes de Águila Roja hablen un perfecto español de extrarradio, el final de Los Serrano y que aún me sigáis leyendo? Sí, eso es, que todos son un misterio. Feliz año, huelleros, y bienvenidos de vuelta a vuestra sección de televisión.

Una renovada Jessica Fletcher ha vuelto conmigo. Pero ésta no lleva bici, no peina canas ni tiene arrugas. Tampoco le hacen falta, tiene a una madre entrometida que ya tiene éstas últimas, dos gemelos que son peor que un dolor de muelas y un ex marido que no es otro que su jefe. Y si por si fuera poco, una duda existencial en esta nueva temporada: no sabe si seguir con su carrera policíaca.

lauraElla es Laura Lebrel del Campo, es nuestra heroína y yo me declaro el primer adicto a ella (a Laura, se entiende). Cierto es que, aunque la serie está realizada sin demasiados artificios, su factura es más que notable. La protagonista tiene la personalidad muy bien construida, es distraída, insegura, adicta al chocolate y a su telenovela favorita, Desheredada; en resumen, se trata de un ama de casa al fin y al cabo que se enfunda sus botas altas así como su gabardina, a lo Colombo, para resolver el homicidio de turno. En cuanto a los casos, son complejos y mantienen un balance perfecto para que el espectador pueda adivinar quién es el asesino: muchas pistas que unidas dan la solución pero también un buen puñado de “MacGuffins” para impulsar la trama. Si a lo anterior le añadimos unos pocos, pero buenos, secundarios (Beatriz Carvajal, Fernando Guillén Cuervo, Laura Pamplona…) y unas gotas de humor y romance, nos sale una entretenida serie que hará que quien se siente a verla no sólo la vea, sino que además disfrute y participe intentando averiguar quién es el asesino.

María Pujalte es la protagonista en esta historia. Que conste que la detestaba en su papel de Mamen en Periodistas junto a Blas (¡menuda fiesta los dos!); no obstante, después le di una oportunidad en Siete Vidas haciendo de Mónica, personaje que fue tomando cada vez más carisma. Finalmente, con su llegada a Los Misterios, desde la primera escena del supermercado y el fiambre, me ganó. Así es nuestra detective más cañí, de andar por casa; y quizá ahí precisamente resida su encanto y el secreto de que la temporada anterior fuera líder de audiencia.

Lejos parecen quedar ya las orgásmicas frases de Lydia Bosch en Motivos Personales, las sobreactuaciones de María Adánez y María Botto en Círculo Rojo, El Pantano tragándose a Emma Suarez y todo su misterio, o Blanca Portillo y su penosa vida (y corte de pelo) en Acusados. Todas ellas, mejores y peores, de mayor o menor éxito, fueron series de suspense españolas a las cuales hoy solo sucede la protagonista de este artículo. Por eso, desde estas humildes líneas, este amante del misterio quiere reivindicar más series policíacas y de intriga en nuestra parrilla televisiva.

Sin más dilación, huelleros, os emplazo hasta la semana que viene y os advierto de una última cosa: haced cosas malitas, pero no matéis a nadie, que las manchas de sangre salen muy mal de la ropa. Me lo ha dicho Laura.

PD: mi reflexión final de telespectador de hoy es: “¿Jessica Fletcher escribía los asesinatos o los vivía? ¿O los escribía después de haberlos vivido? ¿O los vivía después de haberlos escrito?”

Fotografías: Fotografía principal propiedad  la página web www.rtve.es

Fotografía de grupo tomada de https://www.facebook.com/JuanyRauldelPozo

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