Nocturna nos vuelve a sumergir en el futuro utópico de Nimbo, el segundo volumen de El arco de la Guadaña. El libro de Neal Shuterman llega pisando más fuerte que su predecesor Siega. El mundo se encuentra regido perfectamente por el Nimbo. Así pues, toda la humanidad se encuentra en equilibrio. Sin embargo, también posee puntos ciegos —todos ellos conocidos: regiones autogestionadas, el conclave de los segadores…—, pero es lo suficientemente inteligente para saber cómo lidiar con ellos. Las memorias de esta nube digital serán las coprotagonistas de este tomo. Además, se erguirá como la única conocedora de todo lo que ocurre. Una historia trepidante que se cuece en las calderas del mismo averno.
El tiempo ha pasado para Citra y Rowan, atrás quedan sus vidas lejos de los segadores. El camino de cada uno de ellos se fijó al final de Siembra: ella se ha convertido en la segadora Anastasia; él, en Lucifer. Sin embargo, las amenazas no han cambiado de nombre: la corrupción entre esta “muerte” moderna continúa. De este modo, los valores que intentan mantener la Antigua Guardia son enemigo a batir por el Nuevo Orden. El nombre de los enemigos de los refractarios: Anastasia y Curie. Sus vidas correrán peligro y el Nimbo lo sabe, como también tiene conocimiento de la importancia de Citra en esta historia (como ya mostró en Siega).
Nimbo se construye de forma similar a Siega. Por un lado, tenemos las historias de los personajes que ya conocemos, además de otros que resultarán estratégicos para el desarrollo de la trama principal. Por otro, si en la primera parte de El arco de la Guadaña teníamos como apoyo en las páginas negras a los diarios de segadores, en este segundo tomo el protagonista será el Nimbo. Neal Shusterman, un prodigio de la tensión, mantiene un ritmo vertiginoso en el relato con unos giros inesperados que mantienen en vilo al lector. La historia de Citra y Rowan se encuentra más viva que nunca. Del mismo modo, las conspiraciones y las intrigas resurgen contorsionándose, dejando nuevos nudos que desenredar, argumentos que se completan o dejan atisbar con un poco más de claridad.
Una vez más Nocturna publica una joya en su colección Literatura Mágica. Nimbo es una obra no apta para cardíacos que juega con el límite de los lectores y la suspicacia de un mundo que podría convertirse en idílico, pero ¿puede ser excelso un lugar guiado por una interfaz que creó la humanidad? Una sociedad utópica que se mantiene gracias a la inmortalidad, pero que, a su vez, necesita a la muerte para seguir viviendo… ¿Las paradojas pueden construir perfecciones? El planeta de la era que siguió a la de la Mortalidad tiene mucho que escribir sobre ella. Si os gustó Siega, Nimbo os encantará.