El cantante madrileño Pol, nos cita en un parque de las afueras para hablarnos de su nuevo proyecto. Al aire libre e inseparable de su guitarra, se muestra ilusionado hablándonos del disco que está pagando con la indemnización de un accidente de tráfico que tuvo en plena Gran Vía, accidente que le ha dado la llave de su libertad como artista. Pese a que no oculta todo el peso que lleva encima además del esfuerzo que le supone el disco tanto mental como económico, habla con la seguridad de quién ve que sus pasos están yendo en la dirección correcta. Aunque aún nos quedan unos meses para disfrutar del nuevo disco, su cita con las salas de conciertos no para y podremos verle dentro de poco en la capital, concretamente el día 6 de junio en la sala El Búho.
¿Cuáles fueron tus comienzos en el mundo de la música?
Como cualquier otro chico supongo. Un día vi un concierto de un amigo, me llenó mucho lo que sucedía en el escenario y a partir de ahí quise tocar la guitarra. La primera canción que aprendí a tocar y que me apuntaron en una servilleta con unos acordes, fue “Esperando a nada” de Antonio Vega. Cuando escuché ese disco, que es uno de mis primeros vinilos y que además marcó mi vida, el “No me iré mañana”, no quise hacer otra cosa. Tuve grupos hace mil años, los cuales yo montaba y que luego me echaban porque no era nada constante, no me gustaba ir a ensayar. Un poco por ahí fueron mis comienzos
¿Por qué el cambio de nombre de Pol 3,14 a Pol?
Esto es una especie de no rebeldía exactamente, pero bueno…simbolizar el cambio que quiero dar en mi carrera. Con el número se me van muchas cosas, se me va un pasado del cual me quiero desprender porque no he tenido buenas experiencias con mi antigua discográfica y empiezo una carrera nueva como Pol, que creo que tengo muchas cosas que decir todavía. Y es un poco la manera de representar ese cambio.
Por lo que sabemos, estás grabando tu tercer disco, ¿cómo es el proceso de composición de tus canciones?
La verdad es que soy bastante impulsivo, entonces no digo “voy a hace una canción sobre esto”, es un poco como tenga el alma ese día o el estado emocional. Un día una misma nota me puede llevar a un sitio y otro día me puede llevar a otro. El proceso como yo lo hago es que me salen melodías casi sin buscar nada, casi por ciencia infusa y luego la historia me la voy inventando.
¿En qué te inspiras a la hora de escribir tus canciones?
Soy tan alegre como nostálgico. Ya te decía que es muy importante el estado de ánimo, porque a raíz de eso me van salpicando frases en la cabeza casi sin premeditación. También cosas que me sucedieron o que me han sucedido. Este disco es el que más tiene de autobiográfico. Lo llevaba construyendo desde hace tiempo. Han pasado más de dos años desde que saqué el segundo y hay cosas que ya tenía escritas incluso antes de Bipolar. Este disco va a ser un poco paranoia la verdad (se sonríe) porque es un álbum absolutamente conceptual, desde la primera canción hasta la última habla de un mensaje que llega en una nave y que nosotros recibimos, de la historia que tenemos montada con las redes sociales, como el mundo se está impersonalizando, como ya casi va a llegar un punto en el que no nos haga falta ni tocarnos porque estamos más sentados que en otro sitio. Es una voz de alarma de todo eso y también habla de un rincón en el mundo al que puedes ir para huir de todo eso, de gente que persigue sus sueños todavía a pesar de lo difícil que nos lo ponen. Son diez canciones y la verdad que lo he compuesto hablando también de mi experiencia con la discográfica…un poco de todo sin agredir a nadie.
¿Vas a seguir la línea musical o veremos un cambio en tu tercer disco?
Va a haber un cambio, porque desde el momento en el que nadie te controla, eso se nota si o si. Va a ser bastante más agresivo, más cañero, muchísimo más cuidado. Creo que los otros álbumes no se cuidaron como se tenían que haber cuidado. Este lo estamos haciendo entre todos, entre mis músicos y yo, entonces el mimo se nota, hay mucha piel, y en eso es en lo que se va a notar el cambio. Eso sale a la hora de tocar la guitarra, a la hora de tocar cualquier instrumento y a la hora de cantar incluso. La producción va a ser otra, es el disco en el que más he podido meter mano y es otro rollo.
¿Qué nos va a traer el nuevo disco de Pol?
Espero que a mi muchas alegrías y que a los demás también. Yo no puedo hacer un disco sin pensar que cada canción es buena, cada canción para mi es la mejor. No me quiero conformar con absolutamente nada y puedo hacerlo ahora porque no hay nadie detrás que me meta prisa ni que me diga “vete por esta línea porque hay que sonar en tal radio”. Creo que está muy hecho para la gente, para hacer pensar, remover corazones y conciencias, no tanto vender palomitas.
En el concierto de la sala Siroco comentaste que habías tenido malas experiencias con la discográfica, incluso fue el tema de una de tus canciones. ¿Significa que estás yendo ahora por libre como han hecho otros artistas como Quique González?
Estoy produciéndome yo el disco y, bueno, malas experiencias, sí, he tenido una experiencia. Yo creo que podía haber sido mejor, no creo que se haya hecho todo lo que se podía haber hecho por mi proyecto pero bueno, ahora mismo lo estoy haciendo por libre porque creo que es el momento de hacerlo, no porque tenga nada en contra de las discográficas ni muchísimo menos. Yo he tenido una experiencia y he salido de esta para poder continuar con mi carrera y creo que lo mejor que podía hacer era autoproducir.
¿Qué tiene que hacer un artista para destacar sin una discográfica detrás?
Yo tengo un pequeño background detrás que me empuja a seguir. ¿Qué tiene que hacer un artista? Yo lo que intento es estar muy cerca de los fans, intento dar todos los conciertos que puedo, me cojo el coche con mi guitarrista y nos vamos a la sala que haga falta, hacer muchísimo ruido, pelear muy duro…y esto se consigue a base de buenas canciones. Eso es lo que tengo más claro, se triunfa a base de buenas canciones. Tarde o temprano el éxito llega.
¿Hacen falta discográficas para que el negocio de la música funcione?
Las discográficas están compuestas por personas, entonces yo creo en las personas. No voy a dejar de creer en las personas. Si esas discográficas tienen un buen equipo que cree en el proyecto, que se mueven y saben a dónde van, por supuesto que hacen falta.
¿Puede a día de hoy un artista vivir únicamente de la música?
Es complicado, en mi caso sí vivo de ella, pero cada vez está más difícil. Ha bajado todo, la venta de los discos, los conciertos, los cachés…es un milagro sobrevivir de la música en exclusiva, pero bueno, gracias a Dios, hoy por hoy, yo continúo haciéndolo. Ya llevo unos cuantos años y espero seguir otros muchos.
¿Qué papel tienen los conciertos en la carrera de un artista? ¿Qué interesa más, la venta de discos o los conciertos?
Un papel fundamental, desde el primero hasta el último. Yo no he querido parar de hacerlos, he tocado en salas pequeñas, en salas bastante grandes, he llenado sitios muy potentes, otros no tanto, he tocado para pocas personas, para muchas…pero creo que eso no hay que dejar de hacerlo nunca. Es muy importante el tocar porque es una energía que no se ve pero se crea y va dejando poso, la gente luego habla y es importantísimo. La venta de discos también es importante, lo que pasa es que hoy en día no se venden muchos, la industria está bastante tocada, pero vamos, no me importaría vender millones de discos (ríe).
El hecho de que lleves tu propio Facebook ¿cómo te acerca a los fans?
Cuando tenía discográfica lo llevaba yo y ahora que estoy solo lo sigo llevando yo. Es una cosa que me ha surgido así y que por un lado me gusta, pero pasas demasiado tiempo pendiente. Al gestionarlo yo, subo los conciertos, pongo frases…entonces quizás quita más energía de la que debería para hacer música, que es lo que me gusta y me llena y a lo que debería dedicarme en exclusiva.
¿Cuánta carga emocional lleva una canción? ¿Cómo es cantar una canción con mucha carga en un concierto tantas veces? ¿Se revive la vivencia o se acaba asumiendo como normal?
No, como normal nunca. ¿Carga emocional? Muchísima, cada vez que me subo a un escenario y toco una canción me sale del alma cantarla. No lo hago como si fuera una máquina ni como un autómata. Además, como cada escenario es diferente porque hay gente diferente, incluso en el mismo escenario va a cambiar la historia, nunca me canso de cantar una canción. Tampoco es que lleve tantos años de carrera pero sí que he cantado un “Bipolar” o un “Lo que no ves” muchísimas veces y me sigo emocionando igual porque al final la respuesta de la gente siempre es distinta y casi siempre positiva.
En tus canciones hay fotografías muy específicas de cosas concretas, ¿qué hay de realidad y qué de ficción en una de tus canciones?
Como te decía, al final es que son estados de ánimo. Muchas son muy reales y otras son historias que espero que me pasen o que nunca pasarán…no lo sé. Hay mucha ficción. Son pinceladitas que voy dando mientras voy recreando un cuadro que hay en mi cabeza, y al final construyo la canción.
¿Qué es más fácil hacer una canción triste o una alegre?
Yo tiendo a la melancolía. Me salen más fácilmente baladas, medios tiempos…Me cuesta más una canción rápida, alegre, aunque este disco va a tener muchas porque me lo pedía el cuerpo.
¿Dónde crees que tu música encaja mejor? ¿Qué tipo de público se siente identificado con tu música?
Yo quiero que encaje para todo el mundo. La verdad es que cada vez veo gente más adulta y tengo fans de todo tipo. Es un poco también el reto de este disco, abrir mi horquilla de público y no vender palomitas. Tengo ya una cierta experiencia y quiero hacer música más madura.
Si pudieras colaborar con un artista vivo o muerto, ¿con quién sería?
Muerto, Antonio Vega, porque fue el ejemplo a seguir y siempre me gusto mucho su música y vivo…cuando empecé a tocar la guitarra me fijé en Radiohead. Thom Yorke sería un sueño, pero bueno, de momento van a haber varias colaboraciones en mi disco. Tengo cuatro ya más o menos cerradas y una quinta. Pero prefiero no decir nada porque luego no sale y es quedar como el culo.
¿A qué le das más importancia a la hora de escuchar una canción, a la letra o a la música?
Me llenan muchísimo las melodías, pero vamos que si no hay mensaje no vale para nada. Yo lo intento hacer así, muy buena melodía y cada vez me curro más las letras, no digo que antes no lo hiciera, pero ahora es una especie de obsesión. No puedo dejar que porque algo rime no tenga sentido.
¿Qué música escuchas en el coche?
Ahora estoy muy obsesionado, porque además yo soy de obsesionarme con un grupo, hasta que no lo quemo no paro, ahora estoy con The Drums como un loco y con Beach Fossils. Antes Cher Lloyd me tenía loco y Phoenix es uno de mis grupos favoritos…de todo.