A principios de 2014, Google apostó por introducirse de lleno en el siguiente terreno de batalla en tecnología: los wearables o gadgets vestibles, y lo hacía presentando un sistema operativo, Android Wear, pensado para accesorios como pulseras o relojes. Las principales compañías no tardaron en posicionarse pero solo Motorola lo hizo apostando todo al diseño.
Moto 360 es el primer smartwatch que parece un reloj normal y corriente, y es gracias a un diseño de corona circular. Las dimensiones son razonables: 46mm de diámetro, que destacan además por tener un marco muy fino, y 11mm de grosor. Respecto a materiales, acero en la caja y correas de cuero, plástico o acero. Cabe señalar también que cuenta con la certificación IP67, por lo que se puede mojar e incluso sumergir durante 30 segundos.
Fuera del diseño, es un smartwatch que se sitúa en la media: Android Wear, sensor cardíaco y podómetro. Sorprende eso sí el hecho de que Motorola no apostase por los procesadores que usa toda la competencia, sino por uno algo más antiguo; pese a ello, la experiencia apenas se resiente. Respecto a la pantalla, el Moto 360 tiene un panel de 1,56 pulgadas que por defecto se activa al realizar un gesto de muñeca; es un sistema que funciona bien y permite ahorrar batería junto al sensor de luz ambiental, que adapta el brillo. La calidad de imagen es buena, con una densidad de 205ppp, pero al igual que los móviles, sufre a la hora de enfrentarse a condiciones de mucha luz.
Para su uso, es necesario un móvil que tenga como mínimo la versión 4.3 de Android. La dependencia del móvil es absoluta para poder transmitir toda la información, y es que un smartwatch es la prolongación del smartphone. La configuración es sencilla, basta bajar la aplicación Android Wear de la Play Store para sincronizar ambos dispositivos. Esto es lo básico, pero también se pueden descargar apps específicas para relojes.
Respecto al sistema, Android Wear sigue verde, muy especialmente en términos de fluidez, pero se atisban buenas ideas en él. El tema de notificaciones está casi cubierto, pudiéndolas configurar para mostrar y actuar sobre algunas (por ejemplo, borrar los correos de nuestro buzón). Pero en lo que de verdad promete es en la implementación de Google Now, el sistema de información en tarjetas que lleva un tiempo disponible para móviles. En un reloj cobra mucho más sentido, con solo mover la muñeca se puede ver cuánto tardará el autobús, cuál es el resultado de un partido o qué evento está programado en la agenda.
Pese a todos los aspectos positivos, Moto 360 adolece del principal problema de todos los smartwatch: la batería. Haciendo un uso intensivo del reloj, con notificaciones y algo de deporte, vamos a tener serias dificultades para llegar al final del día. Motorola ha intentado maquillar este inconveninente con la idea de convertir el reloj de pulsera en reloj de mesilla. La estación de carga, pequeña y también con aspecto minimalista, permite cargarlo de manera inalámbrica, por lo que simplemente con dejar el reloj colocado, cambiará de apariencia (y de luminosidad) para mutar en otro aparato.
En resumen, Moto 360 es el primer smartwatch que realmente parece un reloj. Nos ha gustado mucho su diseño circular y la calidad de construcción, por contra, adolece de una batería que apenas llega a las 24 horas y de un sistema Android Wear que aún está en su etapa de nacimiento. El precio de salida es de 249€ aunque ya se puede encontrar por debajo de los 200€ en grandes superficies y tiendas online.
Fotografía y producto cedido por Motorola