Revista Digital

Por trece razones patriarcales

Trece veces ha actuado el patriarcado, trece veces es el responsable del suicidio de Hannah Baker. La serie norteamericana Por trece razones ha dado mucho de qué hablar, trata del suicidio de una adolescente que deja una serie de cintas explicando y narrando los motivos de su muerte. Es cierto que en las cintas no aparece la palabra ‘patriarcado’, tampoco aparece ‘feminismo’, ni ‘sororidad’, ni siquiera ‘machismo’, pero se puede abordar desde una perspectiva de género, puesto que el motivo principal por el que Hannah decidió quitarse la vida fue por el hecho de ser mujer. Estas son las cintas que Hannah Baker hubiera grabado desde un punto de vista feminista, es recomendable ver la serie antes de leerlas, pues identificarás muchos de los personajes.

Hannah Baker, protagonista de la serie de Netflix ‘Por trece razones’/Netflix

La primera cinta es para la violencia de un ambiente patriarcal que bombardea diariamente a las mujeres, que no las hace dueñas de su cuerpo y las hace sentir culpables si deciden serlo. Un ambiente lleno de insultos denigrantes como ‘zorra’, ‘puta’, ‘guarra’ en los baños de un instituto o en cualquier programa de televisión de ocio. Es muy difícil aprender a quererse y conseguir ser válida en la sociedad con el constante presentimiento de que te están juzgando por hacer lo que quieres con tu cuerpo.

La segunda cinta es para la degradación e intimidación sexual mediante las redes sociales. En el instituto o en el trabajo, una mujer que quiera vivir en paz, intenta pasar desapercibida manteniendo en secreto su vida sexual. Ya de por sí es difícil que no hablen y comenten, más complicado es si envían fotos o vídeos sin su consentimiento a todos sus compañeros o amigos, violando su intimidad y provocando una oleada de críticas por ser mujer y tener sexualidad.

La tercera cinta es para la educación que reciben las mujeres desde pequeñas, educación que gira alrededor de que lo único importante es la figura masculina. La sociedad enseña a ser las mejores hijas, hermanas, novias, suegras y madres pero nunca a ser mejores amigas o compañeras. Siguiendo esto, en la cabeza de cualquier chica de instituto siempre va a ser más importante un chico antes que una amiga, si por eso hay que dejarla de lado, lo hará. No sólo eso, también dará lugar a enfrentamientos porque siempre son ellas las culpables.

La cuarta cinta es para los cumplidos, una mujer debería sentirse contenta y agradecida de que le pongan en una lista como la que tiene mejor culo ¿no?. Además de fomentar la competitividad y el odio entre las mujeres, es un motivo de acoso, burlas y complejos. Como quien mira un catálogo de juguetes o de muebles, son ellos los que tienen la bendición social de catalogar los cuerpos femeninos, ¿todavía deberíamos las mujeres de sentirnos alagadas?

La quinta cinta es para la romantización del acoso. Estar enamorado no consiste en que esa persona esté todo el tiempo haciéndote fotos, estar enamorado no es que te observe a cada paso que das y te siga a todas partes, estar enamorado no es vengarse porque ella no te corresponda. El amor no está loco, el amor debe hacerte feliz y no hacerte sentir incómoda.

La sexta cinta es para el que utiliza a las mujeres como sujeto de mofa, el de los chistes que pasa a abusar de ti con tal de sacar a sus amigos unas carcajadas. Es muy gracioso engañar a una mujer sólo para que tus amigos pasen un buen rato contigo. Seguro que todos nos reímos un montón. ¿Por qué ella no se ríe cuando haces un chiste de mal gusto? ¿O cuando le metes mano sin su consentimiento?.

La séptima cinta es para el deber que tienen las mujeres a cambio del “buenismo” masculino. No te debo nada, aunque me hayas defendido delante de todos. No te debo nada, aunque seas amable conmigo. No te debo nada, aunque tus intenciones sean buenas. No, las mujeres no deben nada a los hombres a cambio de su bondad y amabilidad pasajera e interesada.

La octava cinta es para la objetivización del cuerpo de la mujer. Si tomas a tu novia como un bien con un valor de compra y venta susceptible de la demanda del consumidor, podrías llegar hasta el extremo de dejar su cuerpo a tu amigo si le debías un favor. La cultura de la violación va de la mano con la visión del cuerpo de la mujer como un objeto que tiene un dueño.

La novena cinta es para las relaciones de amor heteronormativas. Ojo, no hablo de relaciones tóxicas que no dejan de ser un motivo, pero no viene al caso de Hannah. Hablo de las relación entre un hombre con sus privilegios sociales y una mujer que está en shock por el acoso y abuso sexual que sufre en el instituto. Todos sabemos que es difícil amar cuando te han hecho daño, bien, también es difícil tener relaciones sexuales si te han violado o si todo el mundo piensa que eres ‘la guarra’ del instituto. Para tener una relación sana, hay que tener en cuenta las relaciones de poder que hay en la sociedad, saber aceptar y comprender por qué una mujer lo está pasando mal.

La décima cinta es para la cultura de la violación. Un violador no es sólo el hombre alcohólico y enfermo mental que va encapuchado por la calle a las tres de la mañana esperando en una esquina para abusar de ti si vas sola. Un violador es el chaval más popular del instituto con un buen nivel económico y un futuro envidiable por delante. Un violador es todo aquel que piensa que las mujeres ‘van provocando’ por ponerse lo que les da la gana y ‘pidiendo follar’.

La undécima cinta es para ese ‘no’ que la sociedad no escucha. Ese ‘no’ a no quiero tener relaciones sexuales. Un ‘no’ no es una ausencia de un sí, quien calla no siempre otorga, y más sabiendo que vivimos en una sociedad que nos enseña a callarnos ante este tipo de situaciones. Una sociedad que marca una línea muy difusa entre víctima y culpable. Una sociedad con un orientador en el instituto que prefiere que te calles y lo dejes pasar a pesar de que te considere víctima de violación.

La duodécima cinta es para la falta de sororidad y comprensión por parte de la sociedad patriarcal. La ayuda entre mujeres es crucial para combatir los problemas. Un apoyo incondicional, previene el dolor que causa una sociedad que no entiende ni soluciona tus problemas. Es otra forma de salvar vidas. Mujeres unidas jamás serán vencidas.

La decimotercera es para las instituciones educativas. Aquellas que cuestionan, que ignoran y que callan. Los colegios e institutos deberían tener una formación, control y seguimiento de la realidad patriarcal, asumiéndola y combatiéndola para erradicarla.

Es muy triste que una chica de tan sólo 17 años tenga 13 razones patriarcales para quitarse la vida. Analizarlas y detectarlas es el primer paso para solucionarlas. Aunque no se vea el final del camino, muchas ya han escogido la lucha constante como forma de vida y no como causa de muerte.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

2 ideas sobre “Por trece razones patriarcales”