Santiago Posteguillo es un escritor bien conocido en nuestro país por sus novelas sobre la antigua Roma, como son la trilogía de Escipión el Africano y los libros publicados sobre Trajano; el autor también es filólogo y lingüista, habiendo estudiado literatura creativa en Estados Unidos. En definitiva, parece que hablamos de un amante de los libros, de esos anacrónicos conjuntos de páginas impresas con tinta negra.
Pero los libros no son únicamente eso; ni siquiera son objetos que nos permiten acceder a sus historias y a sus secretos escondidos en ese código plasmado en ellos que llamamos lengua. Los libros -los buenos libros- tienen sus propias historias y sus propios misterios. Misterios que van más allá de los relatos que guardan entre sus páginas; misterios relacionados con la vida secreta de los libros. Y es precisamente sobre eso sobre lo que trata La noche en que Frankenstein leyó el Quijote: sobre la vida secreta de los libros.
La historia de las historias
A pesar de que todos conocemos algunas de las historias más sonadas de la literatura universal, pocos conocen lo que hay detrás de la publicación de esos libros, de la forma en que esas maravillosas historias han llegado hasta nosotros. El lazarillo de Tormes, El Quijote o Los tres mosqueteros son buenos ejemplos de ello: ¿cómo han llegado a nosotros sus historias?, ¿qué hay detrás de sus páginas? El autor se propone enseñarnos que detrás de un libro puede haber una historia extraordinaria, curiosa o singular, y que conocerlas nos puede ayudar a comprender la obra en sí.
Este libro parte de unas publicaciones periódicas que Posteguillo escribía para el periódico Las Provincias, entre cuyas páginas se podía leer un pequeño artículo más reducido que los capítulos publicados en la obra que nos ocupa; en ellos, el escritor valenciano explicaba algunas curiosidades de la historia universal. Con el tiempo el autor se propuso ampliar un poco las historias y publicarlas en formato libro.
Por tanto, La noche en que Frankenstein leyó el Quijote -editado por Planeta– es una obra muy fácil de leer, no sólo por lo sucinto del libro, sino por el estilo del autor. Las 24 historias que conforman el libro están escritas en forma de breve cuento (que por lo general no supera las cinco páginas por relato), con unos personajes y unos diálogos que harán parecer al lector que está presente en el momento en que lo narrado tuvo lugar. Así, conocer por qué se duda de la autoría de las obras de Shakespeare, qué tiene que ver el presidente Eisenhower con El señor de los anillos y cuál es la polémica en relación a las obras de Alejandro Dumas nunca había sido tan curioso y sencillo.
La actualidad en las páginas antiguas
Además de querer mostrarnos qué es lo que se oculta detrás de los libros más famosos de la historia de la literatura occidental, Posteguillo también hace algunos guiños al lector con respecto a temas que están tan candentes hoy como lo estaban antiguamente: los escritores fantasma, la piratería y la propiedad intelectual, la casualidades como impulso de lo que será una buena obra e incluso el libro electrónico cobran importancia en las páginas de este libro.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce; y es que a pesar de que el libro es entretenido y las historias son llamativas, La noche en que Frankenstein leyó el Quijote no pasa de ser un libro divertido con el que pasar un par de horas. Tal vez sea por la brevedad de los textos o tal vez sea por la poca profundidad con la que el autor habla en esta obra de la literatura, pero el lector que finaliza el libro no puede dejar de pensar que quizás la lectura no le haya aportado más que un par de anécdotas curiosas que contar en la sobremesa. Tal vez si hubiese menos capítulos pero más desarrollados podríamos decir que el libro nos permite profundizar en aspectos de la literatura de los que no nos habíamos percatado, pero lamentablemente no será este el caso.