«Todos tenemos una canción (…) Puede ser un himno, una esquirla de rebelión o una plegaria adolescente. (…) La transformación de estas canciones (…) en poesía (…) [dio] lugar a estas letras, escritas con gran esperanza de que calaran hondo, que llegaran a un oyente que descubriera lo que significan (…)». […]