Para los amantes del cine fantástico y de ciencia ficción, esta es su semana grande y es que entre los días 3 y 6 de marzo, se celebra en el Palacio de la Prensa de Madrid, la decimotercera Muestra de Cine Fantástico de Syfy. En ella se proyectarán algunas de las novedades más relevantes del género, comenzando con la película The Invitation, triunfadora en el último festival de Sitges.
Sin embargo, como antesala a este genial evento, el pasado 18 de febrero, se proyectó en el mismo lugar, el largometraje de terror por excelencia de este año: La Bruja.
Protagonizada por Anya Taylor-Joy, Ralph Ineson y Kate Dickie, la película nos sumerge en la vida de una familia católica en la Nueva Inglaterra de 1630. Formada por un matrimonio y cinco hijos, dicha familia vive en una granja junto a un bosque el cual, según la creencia popular, alberga algún tipo de mal demoníaco. Todo transcurre con normalidad hasta que sin explicación alguna desaparece el hermano menor, un bebé recién nacido, y los campos no dan frutos. Es entonces cuando todos comienzan a desconfiar entre sí, aunque por lo general, la madre culpa a su hija mayor de todos los males que les rodean.
La trama, indaga en las raíces de la religiosidad norteamericana del siglo XVII y en la imagen que se tenía de las mujeres en aquella época. En numerosas ocasiones, los personajes se encuentran rezando, leyendo la Biblia o recordando ciertos pasajes de ésta. Resulta curioso ya que, sus rituales religiosos pueden asemejarse en cierta manera a los que supuestamente realizaban las brujas a las que tanto temían. Así se cae en la reflexión de que todo fanatismo extremo acaba siendo maligno de una forma u otra.
El premiado director en el Festival de Cine de Sundance, Robert Eggers, ha conseguido crear una película de terror asombrosamente sutil. La escasa luminosidad de las escenas y los bruscos cambios en la banda sonora, son suficientes para provocar tensión en el espectador. No se recurre a los sustos gratuitos y repentinos típicos en este género cinematográfico. Es más, podría decirse que prácticamente, no ocurre nada que de realmente miedo. La sensación de terror se produce en este caso más que por lo que sucede, por lo que el público se imagina que va a suceder. La clave de esta cinta se encuentra en los pequeños detalles que son casi imperceptibles pero que aceleran el pulso del espectador. Tal como cita el cartel promocional “el mal toma muchas formas” y en esta película, no sabes en qué momento ni dónde puede aparecer.
Los fans del cine de terror tendrán que esperar al 13 de mayo para poder disfrutar de La Bruja en la gran pantalla. Es una larga espera pero, sin duda, merecerá la pena.