De la mano de Funambulista, Yoko Ogawa regresa al panorama literario con Bailando con elefante y gato, la historia de un niño que descubre su pasión en el ajedrez. Si ya en La fórmula preferida del profesor, nos desveló ciertos misterios de las matemáticas, en la que es su última novela publicada en nuestro país desentraña la magia de este juego de mesa, en el que cada ficha posee un papel trascendental y tanto los movimientos en el tablero como la forma en que cada individuo plantea la partida nos pueden indicar el espíritu del jugador.
Esta novela recoge algunas de las partidas en las que el joven protagonista participó a lo largo de su vida, desde sus inicios hasta sus torneos más experimentados, lo que hará las delicias de los aficionados a este juego de estrategia. Sin embargo, esto no supone que sea una lectura indiferente o tediosa para aquellos que no estamos familiarizados con el ajedrez; las relaciones entre los protagonistas tienen la fuerza suficiente para que los lectores nos sintamos atraídos por ellos y deseosos de conocer cómo continuarán sus vidas.
Los personajes que concibe la autora japonesa nos resultan fascinantes: el profesor de ajedrez, un autobusero retirado que sufre obesidad y que nos recuerda irremediablemente al maestro de La fórmula preferida del profesor, una niña que quizás vivió atrapada en el hueco de la pared o una abuela, cuyo paño podría relatar numerosas anécdotas del pasado. No es casual que el protagonista, ese joven que nunca terminará de crecer, recuerde al ajedrecista Alexander Alekhine, con el que se establecen varios paralelismos. De hecho, el gato siamés de Alekhine se llamaba Chess, mientras que el del profesor recibe el nombre de una de las figuras del tablero: Peón.
Con Bailando con elefante y gato, Ogawa vuelve a la ternura y a la delicadeza de La fórmula preferida del profesor y de La niña que iba en hipopótamo a la escuela, alejándose de su vertiente más impactante y descarnada que ya encontramos en El embarazo de mi hermana, o la misteriosa e intrigante, propia de la novela negra, con la que nos sorprendió en El Museo del silencio. Las escenas duras y grotescas con las que nos topábamos en su anterior obra, se retoman en esta última, especialmente en la escena del autobús.
A diferencia de otras novelas de esta escritora, en Bailando con elefante y gato, el proceso de crecer se convierte en una tragedia que perseguirá al protagonista a lo largo de su vida, culminando en un desenlace emotivo que nos conmoverá. Agradecemos la labor de la editorial Funambulista por traernos las obras de una de las mejores escritoras japonesas actuales y os animamos fervientemente a descubrir el maravilloso y original mundo narrativo de Yoko Ogawa.