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‘Bestias’ o el despertar de Filomela

La editorial Contraseña publica la novela corta Bestias, que vio la luz en inglés en 2002 y en español tuvimos que esperar hasta 2010 que fue anunciada por la editorial Papel de liar; afortunadamente Contraseña la ha vuelto a sacar al mercado, con traducción de Pepa Linares, hecho que celebramos fervientemente, ya que la anterior edición era muy difícil de encontrar y es una novela corta sobresaliente. El pasado año Contraseña publicó, de la misma autora, otra de sus novelas cortas, Violación: una historia de amor, que también os recomendamos fervientemente. Ya sabéis que Joyce Carol Oates es una apuesta segura.

Bestias se localiza en el campus del Catamount College, una universidad femenina ubicada en el nordeste de Estados Unidos. La historia la protagoniza Gilian Brauer, una estudiante interesada en la poesía, que queda deslumbrada por la pareja formada por su profesor de escritura poética, Andre Harrow, y por su esposa Dorcas, una pintoresca artista que invita, a su hogar, a las alumnas de su pareja.

Esta novela corta juega, al comienzo, con alteraciones temporales que fomentan el suspense. Así, el inicio de Bestias se desarrolla en París el 11 de febrero de 2011 con el recuerdo de una estatua femenina y teniendo la protagonista cuarenta y cuatro años; es en este capítulo cuando se menciona una incógnita, que no se desvelará hasta el desenlace y apelando directamente al lector: «Esto no es una confesión. Como verán, no tengo nada que confesar». Ya el segundo capítulo sucede en el College el 20 de enero de 1976 y el tercero en septiembre de 1975, utilizando la autora la técnica de la analepsis para reconstruir algunos momentos de la etapa universitaria de Gilian; no obstante, a partir del capítulo cuarto se respeta el orden cronológico hasta el penúltimo capítulo.

Todo el relato se erige en torno al mito de Filomela, que fue violada y encerrada por su cuñado Tereo de Tracia, que también le cortó la lengua para que no lo contara, y que, gracias a la astucia y al deseo de venganza que siente ella, logra contactar con su hermana Procne y desvelarle su desgracia. En palabras de su profesor, Gilian sería: «Filomela, la joven sin lengua. […] Porque delante de él yo era ridículamente tímida; porque, al contrario que las otras, no me atrevía a llamarlo Andre». La admiración y el deseo de la joven por su docente harán que intente destacar entre las demás estudiantes.

La autora consigue componer una trama desasosegante y turbia que se va desentrañando poco a poco. El lector asiste intrigado y con cierta inquietud a la transformación de la protagonista y de su entorno en sus años universitarios. Se ha de advertir que Bestias te atrapa y conquista tu atención durante sus 148 páginas, sin descansos, sin treguas; el desenlace está a la altura, brillando Oates como solo ella sabe hacerlo.

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