La editorial Lumen publica la segunda obra de Betty Smith: Mañana puede ser un gran día (1948). Con la primera, Un árbol crece en Brooklyn (1943), logró un éxito abrumador, convirtiéndose en un personaje público y teniendo la oportunidad de desarrollar su carrera de novelista.
Margy Shannon es una joven irlandesa católica que anhela la independencia y que tiene grandes sueños por cumplir. Es inevitable que la comparemos con Francie Nolan, la protagonista de Un árbol crece en Brooklyn, e incluso con la propia autora: fue, al igual que Margy, la primogénita de un matrimonio humilde residente en Brooklyn. Asimismo, en esta novela de tintes autobiográficos, se presentan los problemas conyugales que vivió la autora, al igual que encontramos paralelismos de su infancia y juventud en su primera novela. A través de un elenco de personajes de diversa condición, nacionalidad y generación, nos sumergimos en el clima de la Ley Seca, mientras los ciudadanos neoyorquinos, que aspiran a colocarse en los florecientes negocios de Manhattan, usan el tranvía y toman kétchup en la cena.
En Mañana puede ser un gran día, se evidencia lo que significó para muchos estadounidenses el gran sueño americano: a pesar de la propaganda, era difícil para un ciudadano medio o de clase humilde poder ascender socialmente o comprarse una bonita casa, aunque pusieran toda su ambición e ilusión en el proyecto. La autora denuncia el engaño al que se vieron sometidos sus compatriotas y critica la visión de que Estados Unidos fuera el lugar de las oportunidades para los inmigrantes, hecho que se desmiente con el personaje de Salvatore.
Otro de los grandes temas que se desarrolla en esta obra es el papel de la mujer en el Nueva York de los años 20. Una joven debía encontrar un esposo que la mantuviera para dedicarse a la crianza de los hijos, optando unirse al mercado laboral como el paso intermedio entre el instituto y el casamiento, pero abandonando las pretensiones de progresar en la empresa. El casamiento era la única forma de ascender socialmente para una mujer, aunque esto supusiera poner fin a los viajes e iniciar el encierro en el hogar. La autora nos expone las diferencias sociales que distinguen a hombres y mujeres, y que sorprenden a los lectores actuales. Nos obliga a reflexionar sobre los derechos por los que las mujeres han luchado a lo largo de la historia y que, con fuerza y perseverancia, intentamos conseguir.
Con un talento extraordinario, Smith revela las preocupaciones, deseos y aspiraciones de miles de jóvenes que intentaban encontrar, en los años veinte, su lugar en el mundo. Combinando el humor con el drama, nos convierte en cómplices de esos personajes que nos exhiben su pasado y, aun estando perdidos y sin recursos, pretenden construir un futuro mejor, respetando en todo momento las convenciones sociales. Betty Smith es el caballo ganador: la novelista que debes conocer, leer y recomendar. Mañana puede ser un gran día sería un aconsejable acercamiento a su literatura.