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Crimea será rusa

El pasado 16 de Marzo, el 96,77% de los ciudadanos crimeos que votaron en el referéndum local, decidieron incorporarse a Rusia. La Duma (Cámara Baja del Parlamento ruso) ratificó cuatro días después el acuerdo por el que la República autónoma de Crimea se incorporarán a la Federación Rusa en un periodo máximo de una semana.

Vladimir PutinDos fueron las preguntas que se plantearon a un censo de 1’5 millones de personas sin apenas verificadores internacionales: “¿Está usted a favor de la reunificación de Crimea con Rusia como parte de la Federación Rusa?» y “¿Está usted a favor de restablecer la Constitución de 1992 y el estatus de Crimea como parte de Ucrania previsto en ella?».

Un NO, era imposible como respuesta puesto que la nueva organización de la república pasaba por una de las dos alternativas planteadas. O formar parte de la Federación Rusa o permanecer dentro de la estructura interna ucrania. Mantener el actual estatus administrativo, no era una opción contemplada en la consulta.

En el caso que se hubiera decidido el retorno a la Constitución de 1992, adoptada tras la desintegración de la Unión Soviética y anulada por las autoridades de la Ucrania postsoviética, el gobierno crimeo tendría amplios poderes, incluida la posibilidad de relacionarse de manera autónoma con otros países, aunque formalmente seguiría perteneciendo a Ucrania.

Por el contrario, el resultado del referéndum se traduce en el no reconocimiento de Crimea al gobierno de Maidán- que preside Ucrania desde la salida forzada del ex presidente Víktor Yanukóvich- y en la decisión de no seguir formando parte de Ucrania ni si quiera administrativamente para pasar a ser miembro de la Federación Rusa.

El procedimiento de integración implica varios pasos. El primero – el reconocimiento de la independencia de Crimea por parte de Rusia- ya se llevó a cabo el pasado jueves cuando la Duma rusa, con total de 443 diputados a favor y solo uno en contra, ratificó el acuerdo de adhesión que firmaron el martes el presidente ruso Vladimir Putin, y los jefes de Gobierno de Crimea y Sebastopol. Para continuar con el proceso de integración, el acuerdo de adhesión ha de someterse al Tribunal Constitucional para comprobar que no contradice la Ley Fundamental de la Federación Rusa. Una vez corroborado, el tratado entre Rusia y Crimea se sometería a la votación de las dos Cámaras del Parlamento (la Duma Estatal y el Senado o Consejo de la Federación) y por último a la firma del presidente.

Aparte de estos pasos, es importante para los ciudadanos crimeos adaptarse y familiarizarse con el nuevo sistema administrativo, educativo e impositivo que regulará el desarrollo de sus vidas en menos de una semana. Muchos son los que temen por sus posesiones en Ucrania, mientras que otros celebran la posible llegada de inversiones y ayudas estatales por parte de Rusia. Además, según el censo de Crimea, un 58,3% de los habitantes de la península son rusos, un 24,3% son ucranianos y el 12,5 % restante son tártaros. Por lo que uno de los mayores problemas, en lo que a la población de Crimea respecta, es determinar como se van a proteger los derechos de esta población minoritaria en un país –Rusia- en el que los derechos de otra minoría –gais y transexuales- son abiertamente pisoteados.

Pese a las sanciones estadounidenses –calificadas como las más duras desde el fin de la guerra fría-, las amenazas de la Unión Europea, y la ilegalidad del referéndum –la constitución ucrania no permite referendos locales-, Rusia ha equiparado la legitimidad de la consulta crimea a la que la comunidad internacional le otorgó a la declaración unilateral de independencia de Kosovo en 2008.

Tanto el gobierno de Crimea como Vladimir Putin, están dispuestos a llevar a cabo la integración, sean cuáles sean las presiones internacionales.

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