El rock vuelve a estar de aniversario. David Robert Jones, conocido mundialmente como David Bowie celebró este jueves 8 de enero su sexagésimo octavo cumpleaños. La nueva vela que habrá coronado su tarta nos sirve de excusa para repasar la trayectoria del artista, desde su influencia global a sus obras más famosas.
Entre su abanico discográfico podemos destacar una de sus piezas más trascendentales que sirvió de inspiración para nuevos grupos cuyas influencias siguen presentes hoy en día, la “Trilogía de Berlín”.
Cuatro intensos años de grabaciones y giras hicieron que David Bowie se trasladara a Berlín en 1976, época de la que resultaron tres álbumes conocidos como la “Berlin Trilogy”.
Grabados en colaboración con Brian Eno y con guitarras aportadas por Robert Fripp, Low, “Heroes” y Lodger dejan ver la influencia que recibió Bowie de la música alemana más moderna, como es el caso del pop electrónico. Aunque no todos fueron grabados totalmente en Berlín, en numerosas ocasiones el artista se ha referido a la trilogía para hablar de ellos. El estudio berlinés de Hansa, situado junto al Muro, fue el lugar de nacimiento de una triada fundamental para entender la obra del Duque Blanco.
Low, grabado en Francia pero mezclado en Berlín, abrió la nueva etapa de Bowie con tintes experimentales y electrónicos que sorprendieron no solo a los fans, sino a los propios críticos. Bowie da un atrevido paso jugando con el sintetizador como uno de los elementos más importantes y desarrollando el krautrock (corriente musical de rock experimental surgida en Alemania Occidental a finales de los 60).
“Heroes” fue grabado en el verano de 1977 y la principal diferencia que encontramos respecto al anterior álbum es que Bowie se propuso que el sonido fuera menos oscuro, más positivo y optimista. Sin duda, la contribución del guitarrista Robert Fripp y las artimañas que Tony Visconti llevaba a cabo en el estudio para la grabación, hicieron de “Heroes” el álbum del año por la revista NME y uno de los mejores del artista considerado por los críticos.
La grabación de Lodger tuvo lugar en un refugio alpino en los Mountain Studios, más orientado al pop que sus predecesores. En los temas de Lodger predominan los viajes y las críticas a las civilizaciones de Occidente. Aunque también fue uno de sus álbumes experimentales en muchos aspectos, no tuvo el éxito comercial esperado y los críticos lo recibieron con indiferencia, por lo que es uno de los álbumes más subestimados del artista.