El rostro del crimen, escrito por Óscar Sánchez- Crespo y Noemi Baño, publicado por Sine Qua Non (Ediciones B), es una obra que nos acerca al lenguaje gestual, analiza casos reales del oficio y demuestra la importancia de esta disciplina en diversos ámbitos.
La estructura de El rostro del crimen. El análisis forense del lenguaje gestual podría dividirse en cuatro secciones diferenciadas atendiendo a su temática. La primera comienza analizando las expresiones faciales, siendo solo algunas de ellas espontáneas y de carácter universal, y las microexpresiones faciales, que se producen en el rostro de forma involuntaria en el rostro. Así, se detallan minuciosamente las microexpresiones faciales de una serie de sentimientos y lo que las caracteriza físicamente: la mentira, el miedo, la sorpresa, la ira, la repulsión, la tristeza y la felicidad. Todos ellos pueden ser registrados y estudiados para, finalmente, determinar si la expresión de un sentimiento puede ser, o no, fingida con información técnica y científica.
En la segunda, Óscar Sánchez- Crespo y Noemi Baño (peritos judiciales y expertos en Comunicación Gestual) examinan las reacciones oculares y los gestos que realizamos con las manos, indicando y reflexionando sobre su significado y su uso. Como lectora, me ha sorprendido la cantidad de información que puedo ofrecer sin conocerlo y me ha resultado interesante el análisis de determinados gestos en distintas situaciones.
En la tercera parte se detalla el uso del lenguaje gestual en diferentes ámbitos, como el jurídico, el directivo, el policial y el de los medios de comunicación. Los autores y otros expertos relatan algunos casos reales que han vivido, reflexionando sobre sus experiencias laborales y descubriendo la importancia del lenguaje gestual en la resolución de los mismos. En la última parte, los escritores resuelven distintas dudas que han podido surgir a las lectores tras la lectura y explican en qué consiste es un dictamen pericial en el análisis forense del lenguaje gestual.
El rostro del crimen es una obra para adentrarnos en el lenguaje gestual y valorar su trascendencia en la resolución de casos; si estás interesado en este ámbito de la criminología, te animo a que comiences esta lectura. A mi parecer, el título resulta algo impreciso, ya que apenas existen casos de crímenes (con la acepción de asesinatos) que se hayan resuelto con el lenguaje textual. En el esplendor del true crime que estamos viviendo, esperaba una obra más centrada en peligrosos asesinos en serie o grandes malvados que nos explicase cómo fueron atrapados por un inesperado movimiento gestual que les delató; sin embargo, son muchísimo más frecuentes otro tipo de casos, con menos sangre y menos perturbación.