No cabe duda que H. P. Lovecraft ha sido uno de los mayores autores de novelas y relatos de terror y ciencia ficción, siendo a día de hoy uno de los mayores referentes del género, usando el universo propio que creó para desarrollar diversos juegos de mesa, tales como Arkham Horror, Eldritch Horror, o Las Mansiones de la Locura, entre otros, siendo juegos muy profundos, en los que predomina la narrativa y la investigación, haciendo que nos adentremos de lleno en uno de sus relatos y participemos en él, teniendo que evitar la devastación del mundo derrotando a las poderosas criaturas que forman parte de los famosos Mitos de Cthulhu.
Es precisamente esta criatura de la que toma nombre la revista de la que os vengo a hablar: Cthulhu. Esta revista, de publicación semestral y editada por Diábolo Ediciones, homenajea a diferentes autores del género de literatura de ciencia ficción y terror, adaptando sus relatos más famosos a un formato de novela gráfica, comenzando, cómo no, con Lovecraft, y pasando por otros autores de la talla de Bram Stoker o Edgar Allan Poe.
En este número que nos ocupa, Cthulhu rinde homenaje a una de las grandes referencias de Lovecraft a la hora de dar vida a sus mitos, el escritor galés Arthur Machen, adaptando algunos de sus relatos más populares, tales como La Luz Interior o Vinum Sabbati. Su estilo de dibujo es muy variado, ya que, al ser un conjunto de historias, cada una cuenta con un dibujante distinto, al igual que el guión de las mismas, ofreciéndonos tanto dibujos a color como en blanco y negro, más o menos detallados, pero en todos ellos reflejando la esencia de la temática a la que hacen referencia, disfrutando así de unos relatos cortos, pero intentos e inquietantes.
Si sois amantes de este tipo de género, o bien os gustan los juegos de mesa anteriormente citados, Cthulhu es la colección perfecta a realizar, pues sus relatos bien pueden utilizarse como referente para desarrollar nuevas historias a través del tablero, obteniendo una experiencia aún más enriquecedora de juego. Por otro lado, al ser cada número una recopilación de relatos cortos, se puede hacer la colección a partir de cualquier número e ir obteniendo el resto en cualquier orden, sin tener la imperiosa necesidad de ir haciéndola desde su número uno. Además, es una excelente manera de entrar en contacto con algunos autores de este género que han podido pasarnos más desapercibidos, como puede ser el caso de este genio llamado Arthur Machen.