Planeta Cómic publica Japón: De estudiante a mangaka de Blanca Mira. Este sello de manga publica la primera novela ligera de su catálogo Planeta Manga. Por si no conocéis esta categoría se trata de género literario típico japonés que se caracteriza por poseer una gramática sencilla, ilustraciones y una estética manga. Este volumen, concretamente, se encuentra ilustrado, tanto el interior como la portada, por Inma R. Esta combinación crea una experiencia lectora completa, pues nos muestra desde lo momentos clave, hasta los paisajes que la protagonista visita en Japón.
Japón. De estudiante a mangaka relata las aventuras de Emma, una joven que trata de cumplir su sueño: publicar su obra en el País del Sol Naciente. Así pues, busca una escuela donde aprender japonés en Tokio, una familia de acogida para su periodo de estudios y se marcha con una buena dosis de ilusión. A lo largo de la novela se nos muestra, de una manera introspectiva amena y risueña, como si te contase tu amigo sus anécdotas, las peripecias de una estudiante que descubre una ciudad nueva, amigos y el arduo camino a recorrer para conseguir publicar un manga.
Blanca Mira con un estilo sencillo y un vocabulario muy certero nos adentra en la cultura japonesa vista por una española. De este modo, viajamos por Akihabara, la noche nipona, una escuela o los lugares más emblemáticos del país. La historia, con tintes autobiográficos, muestra una crecimiento personal, la ilusión con la que buscas un sueño así como el trabajo incansable realizado para poder cumplir tu meta. Sin embargo, no solo muestra lo bueno. Japón. De estudiante a mangaka es una obra realista en ese sentido, pues también plasma la ansiedad, el bloqueo creativo o lo perdido que te puedes sentir cuando parece que todo juega en tu contra.
Planeta Manga apuesta por una historia divertida, llena de anécdotas, entrañable y de superación personal. Blanca Mira cuida los detalles de esta historia teniendo en cuenta pormenores como la cortesía lingüística japonesa, los rituales de año nuevo o la filosofía vital que culmina en una forma de vida tan diferente a la española. Al mismo tiempo, cuenta también las dificultades de publicar en el país nipón como extranjero o las relaciones interpersonales. En definitiva, Japón. De estudiante a mangaka es una obra ligera, cargada de emociones que nos hace partícipes de todo un proceso personal de superación, de romper las barreras impuestas por la sociedad y de un Japón lleno de contrastes y matices. De igual modo, nos hace recordar nuestra propias metas e ilusiones.