Revista Digital

¡La Reina ha muerto! ¡Viva la Reina!

Acaba la tercera y última temporada de la serie histórica de Televisión Española. Isabel se despide de nuestras pantallas con máximo de la temporada, con el apoyo de crítica y público, y la tranquilidad del trabajo bien hecho. 2627615

¿En qué se parecen Isabel I de Castilla y Mariano Rajoy? Sí, huelleros, ambos gastaron sus gobiernos cejados en unir a las Españas. Y aunque el último en su empeño haya conseguido más bien todo lo contrario, Isabel lo ha logrado por partida doble: una en vida, mientras era reina, y otra en la ficción, ya que la producción de TVE ha aglutinado durante su andadura a cerca del 20% del pueblo llano, lo que supone un resultado muy digno y un triunfo en una serie de sus características, histórica y española.

Pá guapa, yo. ¡Tiembla, Jenner!
Pá guapa, yo. ¡Tiembla, Jenner!

Las series históricas se pusieron de moda hace ya algunos años. De EE.UU, por poner un ejemplo, nos llegaron Los Tudor, la serie de Showtime sobre la vida de Enrique VIII de Inglaterra que duró 4 temporadas. “¿Has visto Los Tudor?”, “¿pero cuántas mujeres tuvo ese tío?”, “si no paraban de matar gente…”, “menudo elemento estaba hecho el tal Enrique”, “¡se tiran todo el rato follando!, tienes que verla”. Diversa era la índole de los comentarios de la audiencia al hablar de la atrayente historia de las seis esposas del rey, pero unánime fue la crítica al reseñar su teatralidad hollywoodiense y su falta de rigor histórico.

Isabel no adolece de estos defectos. Desde su inicio hemos podido ver cómo nuestra historia es igual o incluso más emocionante que otras que nos llegan desde el otro extremo del charco. Su cuestión sucesoria, su formación como reina, su apuesta personal por Colón y el descubrimiento de América, la expulsión de los musulmanes y los judíos en la Reconquista, su lucha incansable de buscar herederos en sus hijas y nietos con el propósito de unir las coronas de Castilla y Aragón y de este modo alcanzar su sueño… Muchos han sido los temas y muchas han sido las intrigas que hemos podido aprender a lo largo de estas tres temporadas. Y tanto mérito han tenido los guionistas de habérnoslo narrado de manera tan amena, pues jugaban constantemente con la Historia, una espada de doble filo que, dependiendo de quién te la cuente, es capaz de generar ardientes pasiones o el tedio más profundo.

Amén del contenido histórico y su rigor documental, Isabel está perfectamente ejecutada si se tiene en cuenta el ajustado presupuesto del que disponen las producciones españolas. El vestuario de la serie está fielmente recreado; la fotografía se ha ido amoldando a las necesidades de la trama, a la ubicación en la península y a la edad de la reina; a pesar de que la Generalitat de Cataluña negara el permiso para rodar por causas meramente políticas, ha sido un gusto poder disfrutar de sus localizaciones, tales como la Alhambra, Sevilla, Segovia o Toledo; los efectos digitales han tenido su aprobado, sin más; y la interpretación del elenco de actores, especialmente la de Michelle Jenner, que a mi modo de ver ha acabado de forjarse como actriz, ha puesto el broche de oro a un proyecto de TVE que te deja con ganas de más. Hasta han conseguido salir indemnes de un tema tan peliagudo y espinoso como es el del castellano antiguo; tan sólo hay que ver un capítulo de Águila Roja para darse cuenta de que en sendas series hablan idiomas distintos.

Y toda la Galaxia quedará bajo el dominio de Castilla...
Y toda la Galaxia quedará bajo el dominio de Castilla…

En el capítulo de esta semana, el último de Isabel como tal, hemos visto la muerte de la reina. Ha sido un buen capítulo, emotivo, coral, cargado de simbolismo y agradecimientos…, un homenaje a la que podría considerarse la reina con más huevos de nuestro país y una estadista visionaria. Atrás queda su vida y su leyenda y adelante el nuevo proyecto ya confirmado de la cadena pública: Carlos V. Si la Reina Católica tenía chicha que contar, las historias de las vidas de su hija Juana, su nieto Carlos I y su bisnieto Felipe II no tienen nada que envidiar a la suya.

Sólo espero que TVE no modifique ni un ápice la fórmula. Así, quizá, puede que dentro de unos años, tengamos una generación de jóvenes que por fin se sienta atraídos por la Historia de nuestro país y, al saber de dónde venimos, también sepan lo que no ha de repetirse.

PD: mi petición final de telespectador de hoy es: “¡Queremos más Irene Escolar enloquecida!”

Fotografías propiedades de rtve.es y Wikipedia.org

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