Ben Brooks es de esos autores que ha saltado a la fama rápidamente, pese a ser muy joven. Ya dicen de él que es «la voz de una generación», como lo son en sus respectivos campos artísticos Lena Dunham (la creadora de la serie de televisión estadounidense «Girls») y Xavier Dolan (el director de largometrajes como «Mommy», «Laurence Anyways» o «Yo maté a mi madre»). Lo que parece indiscutible es que representan a un amplio sector de la juventud, que les apoya fervientemente, y que sus proyectos rompen tabúes y esquemas entre los sectores más tradicionales.
El que ha sido comparado con J. D. Salinger, narra desde la cotidianidad de rondar los veinte años y andar meciéndose entre los dos Murakamis y Harry Potter, entre Coldplay y Chief Keef, entre Rain Man y Amelie, entre Call of Duty y Candy Crush. Sus personajes se conectan a Facebook y a YouTube, ven Juego de Tronos, van a divertirse con sus amigos, mezclando drogas y alcohol con soltura, y tienen familias complicadas y discusiones con éstas. Con esas premisas, ¿cómo no van a gustar sus obras a millones de jóvenes? Sin embargo, Brooks no es solo eso: posee la sabiduría de los grandes y la destila con dosis de cinismo y buen humor.
Hurra, que Blackie Books ha publicado recientemente (y cuya encuadernación no puede ser más bella), relata la vida de Daniel y de su familia tras el salto que da su hermana desde un aparcamiento de varias plantas. La muerte, por tanto, es el pistoletazo de salida de una novela, en la que unos hermanos buscarán entre los recuerdos y las amistades de Ellen la razón del suceso. Como contrapunto, nos tropezamos con el mundo de los adultos: una madre desequilibrada ante la tragedia acontecida y un padre que no encuentra la forma de comunicarse con sus hijos.
Los que le leemos con algo más de edad sospechamos que sus personajes son, en su mayoría, un reflejo del propio escritor y de sus allegados. No obstante, escribir sobre lo que se conoce nunca ha sido un motivo para negarle las aptitudes a alguien. Brooks, con su poderosa narrativa y sus historias que, a ratos encogen el corazón, a ratos nos roban alguna carcajada, goza de referencias literarias, cinéfilas y musicales que, en ocasiones, son inusuales para su edad. La trama, narrada a varias voces, avanza a ritmo vertiginoso, sin perder la emotividad y la frescura en ningún momento, haciéndonos disfrutar leyendo (confieso que esta novela solo me ha durado un par de noches).
Quizás no sea la voz de toda una generación; quizás sea simple y llanamente Ben Brooks. Probablemente tenga algo que a muchos otros les falta: talento.
Una idea sobre “La voz de Ben Brooks”
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