Revista Digital

Las mujeres no pedimos paso, pasamos

Una serie de tweets aparentemente inofensivos junto a un hashtag equivocado y en cuestión de minutos se incendia Twitter. Es lo que le ha pasado este sábado a Ciudadanos. El partido de Albert Rivera celebraba esta mañana un acto en el que presentaban sus propuestas sobre conciliación laboral y familiar y políticas de igualdad: «Igualar la baja de paternidad a la de maternidad», «Incrementar la productividad, flexibilizar la jornada laboral…», «Queremos una sociedad más justa, igualitaria y más feliz», «Defender la igualdad no es de izquierda, centro o derecha. Es de sentido común y mejor democracia», eran algunas de las frases pronunciadas por Rivera. Hasta ahí aparentemente todo bien, ¿el problema? El lema que daba título al acto y que han usado en Twitter para seguirlo: “Las mujeres pedimos paso”.

El hashtag se hacía trending topic en la red de microblogging y recogía tuits como éstos:

También el Partido Socialista aprovechaba la polémica:

“Pedir” significa según la RAE: “Rogar o demandar a alguien que dé o haga algo, de gracia o de justicia”. Alguien debería explicarle al señor Rivera que las mujeres no pedimos, no “rogamos” que nos dejen pasar, básicamente porque si lo hiciéramos seguiríamos en casa haciendo calceta. ¿Nos dejarían votar, abortar, trabajar, conducir un camión, vestir pantalones si en vez de salir a las calles a luchar lo hubiéramos pedido? ¿Pedido a quién? ¿Al patriarcado, al capitalismo, a ese sistema que se lucra del trabajo no remunerado, de la opresión de las mujeres? Las mujeres pasamos sin preguntar porque no tenemos que pedir aquello que debería pertenecernos. Sino que lo exigimos y lo tomamos porque es también nuestro. El lenguaje es importante.

Aquel discurso que habla de las luchas ganadas por el feminismo como si se trataran de hechos caídos del cielo o concedidos por alguna divinidad desvirtúan e invisibilizan el trabajo de las miles de mujeres que han luchado durante décadas y lo siguen haciendo para que seamos tratadas como seres humanos, como personas. Invisibiliza a todas las que han muerto, a todas las marginadas, a todas las oprimidas. Y desvincula esas batallas ganadas de las que luchamos en el presente, para poder presentarlas como radicalismos de feminazis. Ningún derecho ganado ha sido pedido y concedido sin más. Ningún derecho ha caído del cielo por la gracia de Dios. Todos los derechos ganados son fruto de duras y largas luchas, de sudor y sangre.

Por eso no se puede consentir un discurso de una supuesta nueva política que comienza hablando de derechos para las mujeres con la frase “Las mujeres pedimos paso”. Denota poco conocimiento, poco feminismo y mucho postureo. Las mujeres no pedimos paso, pasamos.

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2 ideas sobre “Las mujeres no pedimos paso, pasamos”