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«Manual Revisado del Boy Scout». Violencia y humor negro

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Cuenta en el prólogo a este librito el músico y escritor Genesis P-Orridge que William S. Burroughs veía este Manual Revisado del Boy Scout como algo demasiado escandaloso y fuerte como para publicarlo. Cuando el escritor norteamericano vivía en Inglaterra, Genesis fue a visitarle y compartió algunos momentos de charla con él. En esa conversación, Burroughs le habló de el libro que nos ocupa, y acabó por prestarle un montón de cintas magnetofónicas entre las que se encontraba este libro hablado por el propio escritor.

Y ciertamente, el libro sí podía resultar escandaloso. Incluso insensato, aunque no podemos negar tampoco que más que un manual tipo El libro de cocina del anarquista (curiosamente, este libro plagado de errores es uno de los libros de cabecera de la extrema derecha norteamericana tipo Timothy McVeigh, el infame terrorista del edificio federal de Oklahoma), es un divertimento empapado de humor negro que hace soltar alguna que otra carcajada durante su lectura.

Burroughs nos propone una revolución. Una revolución salvaje y surrealista, con asesinatos al azar, armas químicas y radiación letal de orgones. Esto último es pseudociencia. El orgón es una energía que nadie nunca ha medido, propuesta por el psicoanalista austrohúngaro Wilhelm Reich en los años 30 del siglo pasado. Dado el festival de violencia encaminada a culpar de lo ocurrido a las fuerzas reaccionarias, podríamos pensar que el capítulo dedicado a la radiación orgónica es otro aspecto humorístico del norteamericano, pero no es así, al menos parcialmente. El hijo de William S. Burroughs, William S. Burroughs Jr., en un relato autobiográfico (podemos leerlo en Maldito desde la cuna, editado en España por Dirty Works), cuenta que cuando visitó a su padre mientras vivía en Tánger, vio en la casa alguna orgonita. La orgonita es un artilugio inservible compuesto de cuarzo, metal y poliéster que generalmente se vende con forma de pirámide. En internet se pueden encontrar tutoriales para su fabricación, y sus partidarios aseguran que puede potenciar las energías orgónicas que Burroughs «pretende» utilizar para la revolución. A día de hoy, las orgonitas no han demostrado potenciar nada, y la energía orgónica sigue sin dar señales de vida.

Lejos de ser un manual para la insurrección, y lejos también de los escritos más conocidos de su autor,  nos encontramos ante un divertido y negrísimo panfleto políticamente incorrecto excelentemente escrito, como no podía ser menos. Es un libro casi punk, relacionado inevitablemente con la novela del mismo autor Los jóvenes salvajes, y está editado con la habitual exquisitez y buen gusto de la gente de La Felguera, a quienes nunca podremos estar lo suficientemente agradecidos. Merece la pena hacerse con él y pasar un rato entre la hilaridad y el espanto y, al final, nosotros mismos podemos escuchar la voz quebrada de William S. Burroughs llamando a la revolución, fusil en mano.

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