Tras las manifestaciones que agitan Venezuela desde hace algunas semanas, la prensa ha denunciado la censura que sufre por parte del gobierno de Nicolás Maduro. Según el SNTP, desde el 12 al 28 de febrero, 76 periodistas han sido víctimas de represión y los medios sufren una censura cada vez mayor; sin embargo, ante el denominado “apagón” informativo del país, otras voces mantienen que Venezuela se enfrenta a un ataque continuado por la prensa internacional para acabar con el gobierno de Maduro.
A raíz de los testimonios de varios periodistas, agredidos o detenidos durante la cobertura de las manifestaciones, y la expulsión de los profesionales de CNN del país, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha mostrado su solidaridad con los compañeros y ha instado al Gobierno venezolano a que levante el “apagón” informativo.
Desde Venezuela, Marco Ruiz, secretario general del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Prensa (SNTP), advirtió el pasado 1 de marzo del “peligro que corren los corresponsales internacionales y periodistas extranjeros en el país ante la intención del Gobierno de silenciar a la prensa internacional como”, según asegura Ruiz, “se ha hecho con la nacional”. Ruiz también ha querido hablar del “sometimiento de los periodistas a la persecución judicial, que constituye una escalada dentro de el acorralamiento, el ataque y la vulneración del derecho al a libertad de expresión y a la información de los venezolanos”.
Según las cifras registradas por el SNTP, 76 periodistas han sido víctimas de la represión durante la cobertura de las protestas que se llevan a cabo en Venezuela. Entre ellos, periodistas de las agencias de información AFP Y AP, también CNN y medios sudamericanos y europeos, la última ha sido la fotoperiodista italiana Francesca Commissari, que ya se encuentra en libertad.
En La Huella Digital hemos podido hablar con Daniel, venezolano que vive en primera persona la situación de máxima tensión que vive el país. “Actualmente para los venezolanos no es tan sencillo mantenernos informados acerca de lo que está sucediendo en el país. Desde hace un tiempo en Venezuela se ha venido aplicando la Ley de Responsabilidad Social, la cual regula los contenidos que transmiten en radio y televisión. Parte de esta Ley prohíbe la transmisión de contenidos que «inciten a la violencia», entonces sería de esperar que todo relacionado con las manifestaciones esté censurado por el gobierno en radio y televisión nacional.” En esta situación, Daniel nos cuenta a qué fuentes recurren los ciudadanos para informarse, “el gobierno mandó a sacar a NTN24 del aire por hacer cobertura en vivo de la manifestación del 12 de febrero de este año. El único canal de televisión que nos queda con información acerca de todo lo que pasa es CNN en español.” El canal NTN24 sí está haciendo cobertura continua de las manifestaciones pero se puede seguir únicamente a través de internet. “De resto, en los canales nacionales no transmiten nada relacionado a las protestas, es como si fuese un mundo paralelo en donde vivimos en una Venezuela sin problemas. Absurdo por completo”, afirma Daniel.
Durante los últimos meses las medidas que el gobierno de Maduro ha adoptado contra la prensa privada escrita –mayoritariamente crítica con el gobierno- de impedir la importación de insumos de materiales como papel, tinta, planchas, etc… ha provocado el cierre forzado de 12 medios y la reducción en un 60% de paginación de los existentes, así ha informado también la propia FAPE.
En este contexto, las agresiones y detenciones de los periodistas han hecho que muchos medios nacionales paren la cobertura de las manifestaciones, lo que supone un apagón informativo casi total. Las redes sociales se marcan en este contexto como la única forma de recibir información. Los medios nacionales como El Nacional y El Universal y otros periodistas venezolanos acuden a Twitter para informar a los ciudadanos, pero esta plataforma también ha propiciado una gran corriente de información falsa, como también ha criticado nuestra fuente en Venezuela.
Recientemente, Pascual Serrano ofrecía varios ejemplos en eldiario.es sobre la “orgía desinformativa” que nos llega de las manifestaciones en Venezuela. En el artículo, Serrano criticaba la incorrecta y supuestamente premeditada manipulación de imágenes que corresponden a crisis de otros países y que se han usado para desinformar sobre el país latinoamericano.
Esto coincide también con otras corrientes que alcanzan mucha menos cobertura mediática y que denuncian una conspiración o un ataque continuado por la prensa internacional como una estrategia occidental, con Estados Unidos a la cabeza, por acabar con el gobierno de Maduro y establecer un nuevo poder más afín a las ideas geopolíticas del país norteamericano. “Los grandes medios occidentales se han puesto de acuerdo para condenar al Gobierno de Venezuela pero no al estadounidense”, aseguró el sociólogo belga Armad Mattelart a Telesur.
También Elías Jaua, Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, denunció el pasado 3 de marzo en un Consejo de Derechos Humanos de la ONU que ciertos complejos mediáticos internacionales están manipulando y amplificando la información de las manifestaciones como forma de establecer una “guerra psicológica” en el país. El Ministro añadió también que esa información se podría utilizar “para así justificar la intervención extranjera en los asuntos internos, y promover condenas y sanciones injustas”, y criticó la actuación violenta de los manifestantes. “Grupos entrenados, en nombre del legítimo derecho a la manifestación, han cerrado violentamente vías públicas, impidiendo el libre tránsito para ejercer el derecho al trabajo, a la educación, a la compra de alimentos, al traslado de enfermos a los centros asistenciales de salud”, señaló el Ministro. Además, añade que estas actuaciones violentas están dificultando la distribución de alimentos y están destrozando edificios y entidades públicas. El uso de la fuerza por parte de funcionarios del orden público, según comentó también durante la conferencia en Ginebra, “no es más que la respuesta proporcionada a los ataques xenófobos de los manifestantes”, sentenció.
Ante la difícil situación informativa y la poca claridad de la información que llega, es necesario más que nunca recurrir a fuentes de confianza y analizar detenidamente la información recibida ya que, los intereses políticos de un lado y otro, hacen que saber lo que ocurre en zonas conflictivas, como Venezuela o Ucrania, sea cada vez más difícil.
Fotografía: SNTP