Orange is the New Black es ya una serie de culto. La nueva droga de la televisión se consagra haciéndose un lugar entre las mejores. La adicción que crean sus tramas, y personajes, lo consiguen muy pocas series y OITNB desde luego es una de ellas.
Nuevos personajes, nuevas subtramas y nuevos ‘backgrounds’ de nuestras queridas presas (entre Shameless y OITNB, no me extraña que la tasa de criminalidad suba en USA). No se puede comparar la nueva ‘season’ con la primera, son diferentes en todos los sentidos. La primera temporada era la novedad, no había series en las que las mujeres fueran las únicas protagonistas (excepto The L Word). Un reparto de lujo encabezaba los créditos, con un elenco brillante que hacían las delicias de un coral de personajes únicos. En la primera, nos presentaban a Piper, la supuesta protagonista, pero poco a poco fuimos viendo que ella sólo era una excusa y que lo que importaba era el resto de personajes que la acompañaban.
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Las historias de Miss Claudette, Tricia, Sophia y Red nos causaron tal conmoción que era imposible no quererlas. OITNB nos mostraba, como solo las Obras Maestras pueden hacerlo, las razones por las que acabaron en Litchfield, acercándonos a unos personajes de ficción que iban más allá de los arquetipos y estereotipos perpetuados por la ficción norteamericana.
La segunda temporada ha continuado en la misma línea, pero dejando que otros personajes ocuparan los minutos de gloria. Si en la primera temporada, cada capítulo parecía estar protagonizado de una manera especial por una de ellas, la segunda ha intentado mantener ese estilo pero sin llegar a profundizar tanto como solía anteriormente. Si bien podría haber sido un error en guión y dirección, el noséqué que la hace tan especial no lo ha perdido. En la dos, nos han dejado conocer más a personajes tan queridos como Morello o Rosa, sin duda dos de los mejores backgrounds de esta ‘season’. También, hemos visto otros aspectos de la vida de Suzanne-“Crazy-Eyes” y de Taystee y Poussey.
Si tuviera que hablar de fallos, uno de los imperdonables es Vee. La trama con Vee ha sido brillante, por no hablar del final de la temporada, pero no dejo de pensar que podrían haberlo hecho mejor. ¿Qué hay de lo de “Ni todos somos tan buenos, ni todos somos tan malos”? Los guionistas odiaban a Vee, eso está más claro que el agua, ahora bien: ¿era necesario tanto grado de maldad y tantos minutos en pantalla para este personaje? Mas, a pesar de ello, ha sido una grandísima temporada con grandísimas historias. ¿Su secreto? Al igual que otras series como Mad Men, el secreto del éxito de las mismas es la dosificación: alimentar la expectativa, mostrar poco a poco no soltar todo de golpe como si el espectador fuera tonto. Ese y no otro es el ingrediente secreto de las últimas Obras Maestras televisivas.
Estoy segura que la tercera temporada nos va a llegar al corazón tanto o más que las dos primeras. Veremos qué pasa con Nicky, que seguramente nos dé algún susto, y con la prisión después de los últimos acontecimientos. No sé vosotros, pero a mí se me va a hacer el año muy muy muy largo.
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Fotografía: Tomada de https://seetalrihal.wordpress.com/author/seetalrihal/
