El sur siempre sienta bien, y en esta ocasión proponemos una escapada a Granada y Málaga.
Granada es de sobra conocida por su Alhambra (si no la ha visitado aún, no sé a qué espera…) y por su rico legado árabe, pero, aparte de ello, tiene otros muchos lugares de interés repartidos por su casco viejo: la ruta por las casas moriscas de la Dobla de Oro del Albaicín, la primera catedral renacentista de España, el barroco contenido de la Cartuja, la casa de García Lorca, la imponente tumba del Gran Capitán, las murallas, cármenes y miradores… Necesitará al menos tres días para ver todo o parte de esto, pero, como en anteriores ocasiones, aquí nos detendremos especialmente en algunos museos y centros culturales menos conocidos.
Quien visite Granada debería comenzar por el Corral del Carbón, antigua fonda del siglo XIV. Hoy alberga la oficina de turismo y la exposición gratuita «Madinat Garnata», con planos, objetos de época y un documental sobre la historia de la Granada árabe.
Tras esto, no debe dejar de ver la Capilla real, esto es, el mausoleo donde está la tumba de los Reyes Católicos. El edificio, una joya en sí de principios del XVI en estilo gótico flamígero, incluye la visita de la antigua lonja y la colección particular de pinturas que tenía Isabel la Católica, con varios cuadros de Memling, Bouts, Van der Weyden y Boticelli. También la corona y el cetro… Las rejas son, además, de las mejores de España.
Muy cerca puede visitarse el Centro José Guerrero, donde hacen frecuentes exposiciones de fotografía y pintura contemporáneas. Suba a la última planta y vaya bajando: verá así los tejados de la Capilla real tras su muro cortina.
Al lado se encuentra la Madraza, antiguo centro árabe de estudios que ahora pertenece a la Universidad de Granada, donde suelen hacerse exposiciones temporales importantes, como la de hiperrealismo de Cristina Megía que acabó hace unos meses.
La Fundación Rodríguez-Acosta es otro de los lugares culturales de visita obligada de Granada por varios motivos: uno, por su arquitectura, formada por un edificio racionalista sobre jardines eclécticos; dos, por sus excelentes colecciones: aquí se reúnen las piezas de arte oriental adquiridas por el pintor y la colección Gómez-Moreno, que abarca desde arte paleolítico y ánforas griegas hasta pintura europea del siglo XV y XVII, aunque destacan sobre ellas, ya de por sí importantes, las artes decorativas, raras y de alta calidad.
El Centro Federico García Lorca acogerá el archivo del poeta, actualmente en la Residencia de Estudiantes de Madrid, pero en tanto llega o no, se realizan conciertos de flamenco, proyecciones de películas y exposiciones como la de miradas francesas sobre Don Quijote, visitable gratuitamente hasta el 3 de septiembre de 2017. La casa de verano de la familia Lorca, en la Huerta de San Vicente, puede visitarse mediante visitas guiadas en el parque García Lorca, a unos 15 minutos caminando desde el centro de la ciudad.
Entre visita y visita, podrá detenerse en cualquier bar, porque, por encima de la malafollá, Granada es famosa por sus tapas: con dos o tres consumiciones habrá comido o cenado. Además hay varios restaurantes en azoteas, con los que podrá ver la ciudad desde lo alto.
Otros lugares de Granada que merece la pena visitar serían el carmen de Max Moreau, la Casa de los Tiros, el palacio de los Condes de Gabia y el Parque de las ciencias. En el carmen se expone la obra de este pintor belga afincado en el Albaicín fallecido en 1992, pero lo interesante es que podrá ver por dentro cómo son los cármenes, casas con jardines en varios niveles, que son característicos de Granada.
La Casa de los Tiros es un torreón defensivo de principios del siglo XVI que hoy alberga el museo de la ciudad. Destaca la «cuadra dorada» o cuarto dorado, una estancia con pinturas murales renacentistas y una techumbre —armadura— con leyendas y rostros tallados de personajes históricos (no hay ejemplos similares mejores que este en otras partes de Europa y solo por verlo merece acercarse; además es gratis).
El palacio de los Condes de Gabia es otro de los centros expositivos municipales. Cede regularmente su espacio a jóvenes artistas, como Cristina Capilla (Fuente Vaqueros, 1986), que ha creado una extraordinaria obra en «Abisal». La exposición de los jóvenes graduados en Bellas Artes es también muy meritoria.
En cuanto al Parque de las ciencias, es un lugar ideal para visitas con niños curiosos: a través de exposiciones interactivas, puede aprenderse algo que seguro no conocíamos de naturaleza, física, astronomía o medicina. Ahora hay una de robots. Es un parque temático, que incluye planetario, un acuario y un biodomo con animales y plantas tropicales: la visita lleva unas horas, por lo que quizá merezca la pena quedarse allí a comer…
Si con esto aún le quedan ganas de más marcha, o quiere hacer una escapada a la playa, vaya a Málaga (o comience por ella, como prefiera); la ciudad ha diversificado su oferta turística de sol y playa con prestigiosos museos y ahora podrá ver, si visita el Museo Picasso, una excelente exposición temporal sobre «Bacon, Freud y la Escuela de Londres» (hasta el 17 de septiembre de 2017), con obras de Bacon, Freud, Michael Andrews, Paula Rego, Euan Uglow y otros, traídas de la Tate; a partir de octubre pondrán otra sobre mujeres artistas y surrealismo. En el Pompidou podrá ver bocetos de Philippe Starck y, en el Museo Ruso, tres expos sobre la dinastía Romanov, carteles de la Revolución y, la más interesante, sobre los pintores Alexéi y Andreas Jawlensky.
En el Museo Carmen Thyssen está, hasta el 10 de septiembre, una sobre hiperrealismo, «La apariencia de lo real: Cincuenta años de arte realista en España (1960-2010)», con unas sesenta obras en total, de autores como Antonio López o César Galicia en diálogo con naturalezas muertas y vistas interiores de siglos pasados traídas de otras sedes del Thyssen o del Prado.
No deje tampoco de pasar por el Centro de Arte Contemporáneo para ver las fotografías de Danielle van Zadelhoff (hasta octubre de 2017) y el vídeo de Bill Viola «Los inocentes»: le recordará al de «Velos» que ahora se proyecta en la retrospectiva del Guggenheim de Bilbao (hasta el 9 de noviembre 2017). Cuando lo vea, se sentirá transfigurado; sabrá entonces por qué fue buena idea ir hasta allí solo por esto.