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Tiempos difíciles para la libertad de prensa

El comienzo de 2015 no ha podido ser más negro para el periodismo. El atentado contra la revista francesa Charlie Hebdo, que se saldaba con la vida de 12 personas, ha conmocionado al mundo. Las organizaciones de periodistas denuncian cada año los atentados contra la libertad de expresión, sin embargo, el derecho a informar y recibir información continúa sin estar garantizado.

Homenaje a Charlie Hebdo de Manel Fontdevila
Homenaje a Charlie Hebdo de Manel Fontdevila

A las 11 de la mañana del miércoles 7 de enero, tres encapuchados cargados con armas entraban en la redacción de la revista francesa Charile Hebdo y acababan con la vida de 12 personas, la mayoría miembros de la redacción. Entre ellos se encontraban el director de la publicación, Stèphane Charbonnier, y los dibujantes Bernard Verlhac, Jean Cabut y Georges Wolinski. La revista satírica ya había recibido amenazas en varias ocasiones por sus controvertidas caricaturas sobre Mahoma.

El atentado provocaba una inmediata ola de solidaridad y conmoción en las redes sociales; y en diversos lugares del mundo como París, Madrid, Londres o Berlín cientos de personas se han concentrado en las calles portando carteles y lápices por la libertad de expresión.

Este atentado contra la vida, el periodismo y la libertad de prensa se suma a la larga lista de muertes, secuestros, agresiones y coacciones que sufren los periodistas de todo el mundo en su día a día. El último balance publicado por Reporteros sin Fronteras referido al año 2014 muestra que, a pesar de haber disminuido el número de asesinatos de periodistas, cuando éstos se producen son perpetrados con mayor violencia y barbarie y se han visto incrementados los secuestros e intimidaciones.

A día de hoy, los secuestros continúan representando la mayor amenaza para los periodistas. En total, 119 fueron secuestrados en 2014, un 37% más que el año anterior. La gran parte (93%) eran mujeres y se produjeron, en su mayoría, en Libia, Siria y el este de Ucrania. En territorio Sirio fueron secuestrados y retenidos durante más de seis meses los periodistas y reporteros españoles Marc Marginedas, Ricardo García Vilanova y Javier Espinosa, liberados a mediados de año. Del total de secuestrados, 40 continúan en manos de sus raptores.

Después de los secuestros, los asesinatos representan otra de las mayores amenazas. Aunque las cifras han disminuido respecto a 2013, muchos profesionales continúan poniendo en riesgo su vida al ejercer su trabajo. Durante el año 2014 han sido asesinados un total de 66 periodistas, en su mayoría hombres en zonas de conflicto como Siria, Gaza o Ucrania. Parte de ellos corresponden a las decapitaciones ejecutadas por el ISIS – Estado Islámico –, a los periodistas James Foley, Steven Sotloff, David Haines, Alan Henning y Peter Kassig. En total, 720 periodistas han sido asesinados desde el año 2005.

Periodistas asesinados desde 2005. Fuente: Reporteros sin Fronteras
Periodistas asesinados desde 2005. Fuente: Reporteros sin Fronteras

Desde RSF destacan también el número de periodistas encarcelados durante el ejercicio de su labor profesional: 178 – en su mayoría hombres –. Así mismo, casi 2000 profesionales han denunciado haber sufrido amenazas o agresiones mientras trabajaban, por ejemplo, cubriendo protestas.

España es uno de los países donde se han producido este tipo de denuncias. La Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE), alertaba el pasado año de las “inaceptables” agresiones a periodistas durante la manifestación contra la Monarquía el 29 de marzo en Madrid. Para luchar contra estas agresiones y violaciones al derecho a la información, una coalición de periodistas, medios y distintas asociaciones ciudadanas ponían en marcha el pasado mes de noviembre la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información. Un espacio para recoger y denunciar las agresiones a la libertad de prensa.

Reporteros sin Fronteras ha criticado también la recientemente aprobada Ley de Seguridad Ciudadana – apodada “Ley Mordaza” –, por poner en peligro el derecho a informar, por ejemplo, mediante la prohibición de tomar fotografías a la policía en las manifestaciones o la imposición de multas. Desde la Delegación de Gobierno y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), se proponía que los periodistas llevaran siempre un chaleco identificativo durante las protestas para evitar así ser agredidos por la policía. Sin embargo, muchos periodistas se manifestaron en contra de esta medida ya que no existe ninguna norma que regule su uso y muchos profesionales no forman parte de ninguna organización o asociación que los facilite, como la FAPE.

También en España se producía un caso de censura en una revista satírica al estilo de Charlie Hebdo. El pasado mes de junio el semanario El Jueves retiraba una portada sobre la abdicación del Rey Juan Carlos I. La portada corrió como la pólvora en las redes sociales y su retirada provocó la dimisión de 18 dibujantes, entre los que se encontraban Guillermo Albert Monteys, Manel Fontdevila, Bernardo Vergara o Manuel Bartual.

Cartel Prensa, no disparen. Fuente, web del movimientoAl otro lado del Atlántico, en México,  surgía este año una iniciativa para exigir el libre derecho a informar y recibir información. “Prensa no disparen” nacía tras la desaparición y posterior asesinato del periodista Gregorio Jiménez de la Cruz. Reporteros sin Fronteras ha denunciado sistemáticamente las intimidaciones a las que se enfrentan los profesionales mexicanos, que en muchas ocasiones provienen de las propias autoridades federales o estatales, así como de la impunidad de la mayoría de los asesinatos. En su último balance, sitúan al país entre los cinco donde más secuestros de periodistas se producen.

Dedicarse al periodismo puede suponer un alto riesgo dependiendo del país donde se ejerza. Los periodistas se enfrentan en su día a día a presiones, censuras e intimidaciones que limitan el ejercicio de su trabajo. Aquellos profesionales que se encuentran en zonas de guerras y conflictos donde la libertad de información no está asegurada ponen en riesgo su trabajo e incluso sus propias vidas. Sin embargo, en aquellos lugares y países democráticos donde la libertad de información parece aparentemente garantizada, como España o Francia, tampoco están libres de sufrir agresiones o intimidaciones.

El caso de Charlie Hebdo es una terrible muestra de los peligros a los que se enfrentan los profesionales de la información por el simple hecho de informar y hacer su trabajo.  En un día como hoy no está de más recordar aquella frase que decía: «Sin periodismo no hay democracia. Sin democracia no hay periodismo».

Imágenes: Manel Fontdevilla, Movimiento Prensa, no disparen/Reporteros sin Fronteras

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