Deslumbrante ‘La chica danesa’

Desde el día 15 de enero podemos disfrutar en cines de La chica Danesa, una película biográfica dirigida por Tom Hooper (Los miserables, El discurso del rey) y protagonizada por Eddie Redmayne (La teoría del todo, Los pilares de la tierra) y Alicia Vikander (Ex Machina, Anna Karenina). El largometraje se basa en la novela con su mismo nombre, escrita por David Ebershoff.

La trama se desarrolla en Copenhague durante los años veinte, y gira en torno a un matrimonio de pintores, Einar Wegener (Eddie Redmayne) y Gerda Wegener (Alicia Vikander), quienes disfrutan en ese momento de su creciente éxito. Para poder entregar unas obras a tiempo, Gerda le pide a su marido que se convierta unos instantes en su modelo, accediendo éste a vestirse como la mujer que retrataba. Lo que en un principio empieza como un divertido y excitante juego para ambos, donde Einar se convierte en Lili Elbe y comienza a ser el modelo de su esposa, acabará desencadenando su creciente anhelo por convertirse en mujer.

La vida del matrimonio dará un giro de ciento ochenta grados por el nacimiento de la identidad femenina de Einar, quien empezará a vestirse de mujer cada vez más a menudo y saldrá al mundo como Lili, haciendo que Gerda empiece a perder a su marido, y provocando problemas en su relación sentimental. Los dos personajes principales lucharan entonces para intentar buscar una solución a su matrimonio. Mientras Einar se encuentra cada vez más atrapado en el cuerpo masculino con el que nació, Gerda verá como su matrimonio se derrumba y se verá obligada a decidir entre el pensamiento egoísta que le dice que no deje marchar a Einar, y el altruista que solo quiere que su marido sea feliz. Finalmente, Einar cada vez se verá menos identificado con su forma masculina, llegando a no poder reconocerse delante del espejo, pero sí en los cuadros que su esposa retrata de él como mujer. Su decisión final será someterse a una operación de cambio de sexo, convirtiéndose así en uno de los primeros hombres en intentar tal intervención.

La gran actuación de los protagonistas nos adentra con facilidad en la historia y nos ayuda a entender en todo momento el porqué de sus decisiones y pensamientos. Eddie, a quien ya vimos bordando el papel de Stephen Hawking en La teoría del todo, se adapta con facilidad al papel de mujer y sorprende con su capacidad para interpretar hasta el más mínimo gesto, mostrando en un principio la inexperiencia del personaje a la hora de comportarse como una mujer, y más adelante el realismo y comodidad del mismo cuando actúa de manera femenina.  Pero el peso del largometraje recae en Gerda, interpretada por Alicia. La actriz consigue transmitir la desolación por la que pasa el personaje cuando se da cuenta de que su marido está siendo consumido por Lili poco a poco, sin perder la fuerza para seguir adelante y aceptar los deseos de Einar, anteponiendo la felicidad de él a la suya propia. El papel de Gerda es clave para que Einar no se dé por vencido y consiga poder sentirse una mujer; le apoya continuamente y le cuida hasta el final, aun sabiendo que lo ha perdido para siempre. Alicia mantiene en todo momento el punto dramático en la escena, haciendo que la falta de fuerza transgresora en el papel de Redmayne pase algo más desapercibida. Es el punto fuerte de la película.

Hooper nos edulcora la vida del pintor desde el momento en que éste se da cuenta de que es una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre, y procura que de su narración nos lleguen sólo unos pequeños esbozos del cambio, la angustia y la búsqueda de la identidad sexual a la que se irá sometiendo el protagonista gradualmente. Construye una historia cómoda para los ojos del espectador, pero elimina prácticamente toda la tensión y transgresión de escena, algo que ha restado puntos al film a la hora de recibir críticas.

La película ha recibido cinco nominaciones a los premios BAFTA, cuatro a los Óscar y dos a los Globo de oro, entre las que abundan las nominaciones de los protagonistas como mejor actor y actriz, y la nominación al diseñador español Paco Delgado, como mejor vestuario en los Óscar.