La editorial Minúscula, en su colección Tour de force, ha publicado recientemente una peculiar obra de Philippe Claudel titulada Sobre algunos enamorados de los libros. El autor francés, que ya nos había conquistado con La nieta del señor Linh, apuesta esta vez por una antología de breves relatos (la mayoría microrrelatos), en los que los autores y la escritura son los protagonistas. Lluís María Todó se encarga de la cuidada traducción de este volumen que no alcanza las ciento veinte páginas y que se lee con sumo gusto.
Con la premisa inicial de que esta obra es «sobre algunos enamorados de los libros a quienes fascinaba la literatura y que aspiraban a convertirse en escritores pero no lo consiguieron por diversas causas» (pág. 7), comienzan una serie de narraciones sobre prometedores escritores, autores fracasados, eruditos encerrados en bibliotecas, hombres y mujeres que sueñan con empezar o terminar una obra, aquellos que desean ser reconocidos entre sus allegados o en su propia casa, los que buscan desesperadamente lectores o que alguien les publique un manuscrito. Entre ellos también se encuentran suicidas y asesinos que, anhelado un éxito que nunca llegó, decidieron dar por zanjada su vida.
Los narradores, poetas y dramaturgos son individuos de diversas nacionalidades; así, se distinguen escritores de Austria, Argentina, China, Bélgica, Egipto, Italia, Corea, Rusia, Polonia y España, entre otros países. Sus historias fueron escritas, narradas oralmente o solo imaginadas, pero todos tuvieron una ilusión común: el oficio de escribir. De entre ese abanico de personajes destacan algunos nombres que el lector conoce sobradamente como, por ejemplo, Marcel Proust, Jorge Luis Borges, André Breton o Heráclito de Éfeso.
La narrativa de Claudel es bella, muy cuidada y rica. En este volumen, además, demuestra un gran sentido del humor al relatar esos retratos de personas desconocidas, un abanico de caracteres y sensibilidades, mientras juguetea con la verosimilitud de la ficción y la inclusión de la realidad, introduciendo acontecimientos históricos ocurridos y personalidades que realmente existieron. Sorprenden también ciertos brotes fantásticos en determinados relatos, y que algunos se encuentran ambientados en épocas lejanas y otros se sitúan en la actualidad, reflejando escenas de la vida cotidiana de algunos escritores de diversos siglos.
Sobre algunos enamorados de los libros es una obra que destila originalidad y es un profundo homenaje a los que quisieron (o desean) escribir un libro, sean recordados o no, hayan sido imaginados o posean corporeidad y alma, y que vibraron mientras pensaron escribirlo. Los lectores solo podemos agradecer esta maravilla, tremendamente divertida y en ocasiones emotiva, que solo Philippe Claudel podía haber compuesto.