Tras las elecciones generales del 7 de mayo, Reino Unido empezará una nueva esperada legislatura. El pasado 30 de marzo inició la campaña electoral, 38 días antes del voto, como marca la Ley. Pese a contar con tiempo para captar votos antes de las elecciones, los analistas vaticinan que los resultados de los comicios serán impredecibles ya que ninguno de los dos partidos principales cuentan con una clara ventaja en los sondeos de intención de voto.
El Parlamento de Westminster quedó disuelto automáticamente en la medianoche del 29 de marzo en virtud de una ley de 2011 que estableció mandatos fijos de cinco años. Pero la campaña política comenzó después de que el primer ministro, David Cameron (conservador), celebrase en el mediodía del 30 de marzo su última audiencia con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham. David Cameron ha sido el duodécimo primer ministro con el que Isabel II le ha tocado lidiar desde que llegó al trono en 1952, siendo el primero el conservador Winston Churchill. Dicha reunión fue de cortesía ya que gracias a la ley de 2011, no es necesario informar a la soberana de la disolución del Parlamento aunque la reina tuvo que formar la proclama real con la que convocaba una nueva legislatura.
Con esta visita por tanto se puso el broche final a un gobierno de coalición entre el Partido Conservador («Tory») y el Partido Liberal Demócrata. Tras esta audiencia, David Cameron defendió su mandato de 5 años en la puerta de la que es la residencia oficial del primer ministro, ubicada en el 10 de Downing Street (Londres). En este discurso, Cameron pidió continuar con la recuperación económica iniciada por su Gobierno y consideró que votar por los laboristas sería caer en el «caos» económico.
Sin embargo, el líder laborista Ed Miliband pidió la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea (UE) y prometió defender los servicios públicos (como el Servicio Nacional de Salud, NHS).
Otro de los líderes del momento, Nigel Farage, del eurófobo Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) que aboga para que Reino Unido salga de la UE, dijo que las formaciones pequeñas tendrían gran influencia en esta batalla electoral. Y mucho hace presagiar, que no se equivoca.
Las cuatro regiones del país (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte) están viviendo 5 semanas de campaña política intensa y aguerrida, ya que en las elecciones generales se deben elegir a los 650 miembros que componen la Cámara de los Comunes (baja) y que representan a 533 circunscripciones en Inglaterra, 59 en Escocia, 40 en Gales y 18 en Irlanda del Norte.
Cabe destacar que de esos 650 miembros de la Cámara de los Comunes, para que un partido político obtenga mayoría absoluta debe conseguir por lo menos 326 escaños. Sin embargo, ninguno de los dos partidos políticos principales (Conservadores y Laboristas) parece que vayan a conseguirlo, de manera que las pequeñas formaciones, tendrán mucho peso en estos comicios. Aunque las últimas informaciones apuntan un breve repunte de los laboristas. Sólo queda esperar a que pasen estos 15 días para saber a quién quieren los británicos en el Gobierno.