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Alemania pide a Francia más información sobre los evasores

Tras la publicación mediática de los datos facilitados por Le Monde y el Consorcio Internacional de Periodistas, la Hacienda alemana descubrió que la lista que le había enviado Francia estaba incompleta. Mientras, el Gobierno francés se enfrenta a una nueva prueba para tratar de poner fin a la evasión fiscal, un problema que causa en el país un déficit millonario cada año.

Ministerio Federal de FinanzasFrancia ha sido clave. En varios sentidos. Fue Le Monde quien hizo pública la lista Falciani. Pero no se quedó ahí. Sus medios no le permitían hacer una investigación periodística más profunda. Por ello, el periódico francés tomó una decisión. Compartió la información con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación. Así llegaron los resultados a los diferentes medios de comunicación. La cadena alemana NDR, por ejemplo.

Ahora el número de alemanes implicados se conocía. En total 2.106 clientes y 3.616 cuentas. Dicho de otra forma, más de 3,5 mil millones se habían ocultado de las autoridades fiscales germanas. De estos, alrededor de 60 millones pertenecen a una sola persona. No era otro que el coleccionista de arte y miembro de un de las mayores familias industriales de Alemania Friedrich Christian Flick. A través de corporaciones ficticias, Flick había escondido el dinero en la filial suiza. El fotógrafo Helmut Newton también aparecía como presunto evasor. Y junto a él, varios políticos y atletas profesionales. Sus nombres, sin embargo, se desconocen. NDR no los facilitó.

Por su parte, las autoridades francesas hicieron llegan la lista a varios Gobiernos. En 2015, el ministro de Finanzas francés Michel Sapin afirmó que tenían “11 países en marcha”. Entre ellos, Eslovaquia y Austria. A este último, los datos extraídos de HSBC llegaron una semana después de dichas declaraciones. Estos estados se unían así a los 19 que, según Sapin, ya tenían los documentos. Algunos, como Alemania, los habían recibido en 2010. Ahora bien, la reciente investigación periodística reveló que la lista facilitada Gobierno de Merkel estaba incompleta.

Para la Hacienda alemana, el número de clientes alemanes de HSBC era de 1.136. La cifra publicada por los medios señalaba que había 970 más. Ante esta situación, Angela Merkel ha decidido optar por la vía diplomática. Desde el Ministerio de Finanzas se pidió a las autoridades francesas información adicional sobre los clientes alemanes con cuentas en la rama suiza de HSBC. En esta ocasión, la opción de pagar por la documentación no se ha planteado. Algo que, sin embargo, sí ocurrió en 2010. En dicho año, Merkel parecía dispuesta a aceptar la oferta de Falcini. El ex empleado de HSBC le había prometido un CD-ROM con el nombre de 1.300 evasores alemanes. A cambio, la canciller alemana debía pagar 2,5 millones de euros. El pago nunca se realizó.

Pero en el país germano, la lista Falciani ha generado también un debate social. La periodista Ursula Knapp, del diario alemán Frankfurter Rundschau, se preguntaba si era lícito emplear datos que fueron adquiridos ilegalmente. Especialmente en un estado de derecho. La legislación alemana es ambigua al respecto. Según esta, la agencia de inteligencia puede introducir los datos a las autoridades nacionales en el interés de la seguridad pública. No obstante, no específica qué se considera de interés para la seguridad pública. Algunos expertos en leyes, afirman que la persecución de delitos fiscales cumple el requisito. Otros no piensan lo mismo.

El abogado suizo Pierre Schifferli es tajante. “La ley no puede ser aplicada con métodos mafiosos”, aseguró. De hecho, en 2012 Schifferli, de forma privada, presentó una denuncia contra el ministro de Finanzas de Renania del Norte-Westfalia, Norbert Walter-Borjans. Acusa a Walter-Borjans de “instigar, organizar y participar en el robo y manipulación de CDs”. Los discos contenían información bancaria detallada sobre los presuntos evasores de impuestos alemanes.

Mientras esto ocurre en Alemania, Francia vive su propio proceso. La evasión fiscal causa en el país un déficit estimado de entre 40 y 80 millones de euros al año. Una cantidad cinco veces superior al presupuesto que tiene la justicia gala. Una justicia que, además, se caracteriza por la levedad de sus condenas en lo que respecta a los defraudadores. Incluso en comparación con otros delitos de guante blanco. Las penas de cárcel son raras.

En este contexto, la existencia de 3.000 nuevos contribuyentes franceses sospechosos por evasión de impuestos no hizo sino evidenciar el problema. Sin embargo, en un principio el Gobierno tardó en actuar. Las autoridades francesas llegaron incluso a devolver los datos a Suiza, acordando no utilizar la información. Al menos, hasta presentar una solicitud oficial ante las autoridades suizas. No obstante, esta acción fue en realidad un intento por obtener más detalles que permitieran una mejor investigación. De hecho, Francia se reservó el derecho de utilizar los datos unilateralmente. El fin: perseguir a los evasores dentro del país.

Entre los nombres que aparecían en la lista se encontraban cirujanos, abogados, actores, cantantes y deportistas. La mayoría regularizaron su situación tras hacerse públicos los archivos. Ahora bien, sus situaciones no eran idénticas. Algunos de ellos eran residentes suizos. Es el caso del futbolista Christian Karembeu o del óptico Alain Afflelou. “La cuenta es legal. Yo viví en Ginebra de 1997 a 2006 y cuando dejé Suiza la cerré”, afirma Afflelou.

Hasta la fecha, las autoridades fiscales han llevado a cabo 2.304 controles y 103 denuncias en los tribunales. De esta forma, y tras cuatro años de investigación, Francia ha logrado recuperar 300 millones de euros. A través de impuestos, multas e intereses de demora esperan recaudar varios millones más en 2015.

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