Malpaso recupera el libro de Jen Campbell, lanzado en 2012, que cosechó en su momento las mejores críticas en Reino Unido.
Cualquier profesión es susceptible de convertirse en un infinito bucle de anécdotas que, por surrealistas, incómodas o inverosímiles, dejan en quien las escucha -o lee, como es nuestro caso- una sensación de perpleja hilaridad. Y los libreros y bibliotecarios, a buen seguro, están entre esas personas que más preguntas extrañas escuchan a lo largo de un día, no digamos en un mes o un año («¿Sabéis si Dickens escribió algo divertido?»). Con el propósito de ensalzar la sacra paciencia de este gremio -y, también, de hacernos pasar un buen rato- nació Cosas raras que se oyen en las librerías, una compilación de anécdotas reales vividas en diferentes librerías.
Esta obra se divide en cuatro partes: las dos primeras recogen chascarrillos oídos en las librerías Edinburgh Bookshop y Ripping Yarns; la tercera, en diferentes establecimientos de todo el mundo (Estados Unidos, Nueva Zelanda, Irlanda…) y, por último, también se alude a las cómicas escenas vividas en librerías españolas, como El Aleph (Madrid), Fnac Triangle (Barcelona) u Hojablanca (Toledo), entre otras. La propia autora, que también ha estado detrás de un mostrador atendiendo preguntas de lo más estrambóticas, debió de considerar que la cantidad de peticiones absurdas y alucinógenas era tan importante que tuvo la genial idea de compilarlas en un libro, para regocijo nuestro.
Todos hemos sido, quizá y al menos en algún momento, clientes que confunden títulos o que no recuerdan los nombres de los autores. Muchos de ellos desfilan por estas páginas, pero también existen compradores que no saben en absoluto qué libro buscan, que no han entrado en su vida en una librería, que tratan de encontrar un libro inexistente o que piden un verdadero milagro al librero, como una edición anterior al nacimiento del autor. Por no hablar, por supuesto, de clientes que regatean o tratan de llegar al trueque de libros por lechugas y patatas; de lectores que piden algo «de Javier Marías, pero con vampiros» o «un estudio de la obra de García Márquez escrito por García Lorca». El despiste y la desubicación son piezas fundamentales en esta obra, que constituye un homenaje al disparate, demuestra aquella vieja expresión que asegura que la realidad supera a la ficción y es, en definitiva, un logrado chute de humor.
Cosas raras que se oyen en las librerías, ilustrado por The Brothers McLeod, es un pequeño y delicioso capricho que engancha automáticamente y asegura una sonrisa de principio a fin de la lectura. Podéis comprobarlo con este aperitivo.