El ex primer ministro israelí Ariel Sharon, uno de los políticos más ensalzados y a la vez más odiado, falleció este sábado 11 de enero a los 85 años en el centro médico Shiva Tel Hashomerdesde de Tel Aviv en el que estaba ingresado desde 2006 debido a un derrame cerebral masivo.
El mandatario llevaba más de ocho años en estado vegetativo hasta que hace dos meses sufrió una insuficiencia renal que afectó a varios de sus órganos vitales dejándole en estado crítico. Muchos de los expertos que han opinado sobre su muerte realzan los paralelismos entre su vida y la situación israelí que pervive en una tensa calma que ni es guerra ni es paz, como su estado de salud durante este largo periodo, que no le dejaba vivir ni morir.
Sharon nació en Kfar Malal, una ciudad palestina bajo mandato británico. Se adhirió a los 14 años a la milicia que protegía las comunidades judías y consiguió la independencia de Israel. En 1953 dirigió la unidad de comando 101 que reprendía los atentados que los terroristas palestinos realizaban contra civiles israelíes, pero tras una terrible matanza de civiles palestinos en Kibya, la unidad se integró en la brigada 202 de paracaidistas, de la cual también tomó el mando. Debido a su fama de temerario y audaz ascendió rápidamente en el ejército gracias a operaciones como la de la península del Sinaí que consiguió controlar desde 1967 y al éxito del contraataque contra los egipcios en el Canal de Suez en la guerra del Yom Kipur. Estas ofensivas le valieron el reconocimiento militar, sin embargo, debido a las continuas desobediencias a sus superiores, su carrera se paralizó. Al no poder seguir ascendiendo, comenzó a interesarse por la política.
Licenciado en Derecho por las universidades de Jerusalén y de Tel Aviv, inició su recorrido al frente de una formación llamada Shlomtzión, desde la que después tendría acceso al partido que congregaba a la derecha nacionalista por vez primera y que el mismo había ayudado a crear antes de la guerra, el Likud. En 1977, Menajem Beguin alcanzó el poder y nombró a Sharon Ministro de Agricultura, cargo que utilizó para colonizar Cisjordania y Gaza. Un año después, al designarle como titular de Defensa, fue bautizado como ‘El Bulldozer’ por su deseo de aplicar políticas de línea dura. Fue en 1982 cuando dio mayor sentido a su apodo al impulsar la Operación Paz para Galilea, que desbocó en la dilatada Guerra de Líbano. Allí, entre 460 y 3500 palestinos fueron torturados, violados y asesinados por las Falanges libanesas de Elie Hobeika. Este suceso fue conocido como las matanzas de Sabra y Chatila. El Parlamento israelí estableció una comisión para investigar esta escabechina denominada Comisión Kahan. Entre sus deducciones, los cristianos falangistas fueron acusados como autores materiales de la mortandad y Sharon fue destituido de su posición por responsabilidades indirectas al faltar a sus obligaciones. No obstante, regresó como ministro de Asuntos Exteriores en 1996 cuando Benjamín Netanyahu, recuperó el poder de Likud.
Tras este sinuoso recorrido político, Ariel Sharon fue electo Primer Ministro en 2001 tras formar coalición de gobierno de corte derechista, laica y neoliberal con el Laborismo. Su decisión política más notable fue la retirada unilateral de la Franja de Gaza en 2005, que originó una oposición minoritaria aunque alborotadora en Israel. Además, continuó con la construcción de la Barrera de Defensa Israelí que consistía en una alambrada que separaba a Israel de la mayor parte de los territorios palestinos de Cisjordania. Según el gobierno, esta valla disminuyó drásticamente las víctimas de atentados suicidas, al dificultar la infiltración de los terroristas en territorio israelí. El Tribunal de la Haya, sin embargo, calificó la barrera como contraria al derecho internacional y recomendó derribarla al considerarla como una usurpación ilícita del espacio palestino. El gobierno prosiguió con la política de «eliminaciones selectivas» de miembros de organizaciones terroristas como Hamás. Por lo que varios dirigentes como el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbás, aprovecharon el fallecimiento del premier para calificarlo como un criminal de guerra, responsable de centenares de muertes y lamentaron que no fuera juzgado por la corte penal internacional mientras vivía.
Pese a todo, a finales de 2005, Sharon se vio obligado a transformar su partido que se había radicalizado en una nueva formación centrista llamada Kadima para así seguir contando con el apoyo de la coalición. Una de sus últimas proclamaciones decía que lo único que le quedaba por hacer en la vida era alcanzar la paz con los palestinos. Algo cuanto menos alentador, después de tanta barbarie. Con una de sus frases más conocidas puede resumirse su legado. “Lo que usted ve desde ahí, no es lo que yo veo desde aquí”. Héroe patrio para unos y asesino desalmado para otros, no cabe duda que no dejó indiferente a nadie.