El Cruïlla XXS arranca este mes de julio con las nuevas líneas de programación dentro del festival que incluyen también las artes escénicas. El primero de los espectáculos de esta sección ha sido el de la compañía Miquel Barcelona, [Kórps], una pieza de danza contemporánea que hibrida distintos lenguajes, en esta ocasión sobre el escenario del Teatre Victòria, aunque la pieza cuenta también con una versión de calle que pudo verse, por ejemplo, en la Fira Tàrrega del año pasado, donde contó con una de las ayudas de apoyo a la creación del festival escénico catalán.
Miquel Barcelona dirige y concibe este espectáculo cuyo protagonismo va más allá del cuerpo, ya que, si bien algunas escenas tienen una potencia física hipnótica, el juego de luces que viste todo el montaje y la casi omnipresencia de la voz en muchos momentos rivalizan, sobre el escenario, con la importancia del cuerpo en movimiento. Con una dramaturgia firmada por la bailarina y coreógrafa Núria Guiu, [Kórps] indaga en las raíces populares del concepto de la muerte a través de la figura del cuervo, de cuya pronunciación fonética en catalán sale el título, así como de la misma del término inglés corpse, cadáver.
Los cinco intérpretes –acompañan a Barcelona los bailarines Helena Gispert, Martí Güell, Junyi Sun y Marc Vilajuana– ofrecen un trabajo de control del cuerpo y del movimiento envidiables por su precisión y por la aparente facilidad con la que ejecutan lo que, sin duda, requiere de mucho esfuerzo. Mantienen, además, los distintos ritmos y atmósferas, creadas también ora por la música vocal interpretada por los propios bailarines, ora por la música electrónica, y consiguen que el espectador se emocione, vibre y se fascine en varios momentos del espectáculo. La fuerza de las primeras y de las últimas escenas marca la potencia del espectáculo. Y algunas de las figuras de los cuerpos en danza, en conjunción con las luces, que suponen una entidad física más en el escenario, logran crear unas imágenes de igual fuerza estética. La resignificación de canciones del folklore popular o de elementos sonoros presentes en la tradición cobra también relevancia dentro de la concepción de la pieza.
Por todo ello, [Kórps] es una pieza que se siente y se disfruta, que rompe barreras disciplinares y cuya programación en el Cruïlla XXS ofrece un pequeño oasis desde la creación en estos tiempos de pandemia en los que hay que seguir apostando por la cultura y las artes en vivo.