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La evolución de las bibliotecas

Bibliotecas. Una historia frágil de los historiadores Andrew Pettegree y Arthur der Weduwen es un itinerario desde los orígenes de las bibliotecas, que eran un mausoleo para el disfrute de unos pocos, hasta las bibliotecas del siglo XXI, que combinan las nuevas tecnologías con lugares comunitarios para el deleite de sus usuarios. La editorial Capitán Swing nos trae esta obra a nuestro país en su colección de ensayos y cuenta con la traducción de Enrique Maldonado Roldán.

Este ensayo supone un recorrido cronológico por la historia de las bibliotecas, dividiendo el contenido en siete partes, sin contar el prólogo y el epílogo. En el prólogo encontramos una cita sobre la que se asienta esta extensa obra; dicha afirmación hará reflexionar a los lectores que contarán con el minucioso análisis de los investigadores enlos diversos capítulos, puesto que se ha demostrado la evolución en el gusto de los lectores a lo largo de los siglos:

Los libros y las colecciones que representan los valores y los intereses de una generación a menudo no interpelan a la siguiente.

Si las primeras partes se centran en las bibliotecas vinculadas con los emperadores romanos o evangelistas que vivían en monasterios, siendo estos edificios como un símbolo de ostentación personal, embellecimiento, urbanización de las ciudades o conservación de textos cristianos, ya en el tercer capítulo se contempla la producción de libros como una actividad comercial y como un símbolo de refinamiento cultural. El viaje continúa hasta la creación de las bibliotecas públicas, las bibliotecas itinerantes o las bibliotecas circulantes comerciales, analizando hechos relevantes como el índice de libros prohibidos, la quema de libros o la purga de los mismos hasta llegar al éxito de los superventas o de la novela romántica.

Andrew Pettegree y Arthur der Weduwen comparan estos cambios en los distintos continentes, haciendo hincapié en los hechos históricos que los propiciaron, introduciendo personajes tan relevantes como Gutenberg, pasando por monarcas como Margarita de Austria y Matías Corvino o personas influyentes como el Conde-duque de Olivares y el cardenal Richelieu, hasta personalidades como Bill Gates. Además, este ensayo incluye la importancia de las mujeres en las bibliotecas, como bibliotecarias y como usuarias, o como grandes lectoras, analizando la transformación del mercado del libro.

Bibliotecas. Una historia frágil es un libro interesante, pero que, en ocasiones, resulta denso, quizás por los numerosos ejemplos que plantean sus autores y que ralentizan la lectura. Probablemente también se echen en falta elementos divertidos o anécdotas simpáticas que la amenicen y que otros ensayistas saben introducir tan bien en sus obras. No obstante, en las últimas tres partes y en el epílogo, más cercanas a la actualidad, el interés aumenta considerablemente; he de confesar que estos capítulos me han gustado mucho más y me han invitado a pensar sobre el futuro de los libros en papel y de las bibliotecas.

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