Revista Digital

La mujer refugiada, doblemente invisibilizada

¿Cuántas veces hemos podido ver a mujeres refugiadas ocupando titulares y portadas en prensa? Tal vez, esta pregunta te lleve a otro gran número de interrogantes. Durante la jornada de ayer, investigadores, periodistas especializados de la UCM y responsables de comunicación de ACNUR, ACCEM y AMECO PRESSD sembraron múltiples respuestas a la situación de las mujeres refugiadas, una realidad repleta de aislamiento y desigualdad por las relaciones de dominación que persisten en nuestros días. 

DSC_0167Enmarcada en los días de activismo en apoyo a la lucha contra la violencia de género, el pasado 25 de diciembre la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM fue el escenario de un tejido problemático en nuestros días: Las mujeres refugiadas y los medios de comunicación. Cuando el tratamiento informativo de este último no es justo con las millones de personas que padecen una situación deplorable, los medios se vuelven un problema y no el puente que une a la ciudadanía. Ésta es una de las conclusiones que podemos deducir tras el análisis de la visibilidad mediática de las refugiadas en los periódicos españoles publicado por ACNUR. Durante la presentación del estudio, realizado por el Grupo de Investigación Proyecto Social Real de la UCM, se comprobaron los errores más frecuentes en el panorama periodístico actual.

A un año de la Primavera Árabe, el análisis se teje de marzo a junio de 2012, constando en él entrevistas a expertos y expertas, así como múltiples testimonios de mujeres. Esta parte del estudio, más cualitativa, dio lugar a un proyecto inesperado, el desarrollo de un documental donde la visión de cada una pudiera constituir el hilo conductor de la denuncia social. Entre los resultados más cuantitativos y a nivel general, se comprobó que existe una escasa visibilidad de las refugiadas y refugiados: sólo el 12% de las informaciones analizadas hace referencia al problema. Si a esto le sumamos la categoría de género, la cuestión es mucho más grave. De las informaciones que incluyen testimonios, las voces femeninas ocupan el 1,6% frente al 6,1% de los hombres.

En su mayoría, estas noticias se publican en las páginas de Internacional con escasa sensibilidad a través de un lenguaje visual y textual que no hace justicia y responde al sensacionalismo. Nos referimos a las imágenes que responden a un victimismo que no enfrenta la situación del problema, así como un abuso del lenguaje bélico. Según Tamara Bueno, investigadora del Proyecto Social Real, estas prácticas despiertan la alarma social de las y los ciudadanos. Otros errores frecuentes a los que se hizo alusión es que las y los periodistas tratan el tema como una causa inmediata y no de fondo; una noticia escrita muchas veces sin profundidad ni análisis.

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Salón de actos de la Facultad de Ciencias de la Información (UCM).

«Debemos tener conciencia para luchar contra la violencia sexual». Rosa Otero, portavoz de ACNUR, hizo mención a los matrimonios precoces o la mutilación genital, algunos de los graves problemas de violencia sexual. «En Siria, 15 millones de niñas son sometidas a matrimonios forzados. Niñas que no están preparadas, que a su vez dejan las aulas».

Finalmente, las ponencias dieron paso al documental de Ana Solano, No existimos, donde se abordan múltiples testimonios y declaraciones que esclarecen la inhumanidad del problema. Antes del visionado, la productora hizo mención a un deseo que se repetiría minutos después “aspiro a que las mujeres dejen de ser un instrumento de guerra y una orgía masculina”, provocando la ovación de un público expectante.

El documental se encarga de profundizar “en la auténtica razón discriminatoria: El género, que se ha convertido en el principio dominantes en sus países de origen, también en este siglo XXI”. Entre las grandes interrogantes se encuentra el uso de la palabra feminicidio. El testimonio de Caddy Adzuba lo demuestra: ¿Por qué no mencionar que se trata de un feminicidio cuando hablamos de violencia planificada en la República Democrática del Congo? Este y otros discursos críticos al sistema patriarcal recuerdan que el cuerpo femenino es la configuración del cuerpo como discurso político, el mismo que las lleva a sobrevivir en las tierras que las vieron nacer o buscar una oportunidad en otros países.

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