Diferentes periodistas y expertas se reunieron en una mesa redonda para debatir las metodologías más correctas a la hora de comunicar sobre violencia machista, culminando en un decálogo deontológico que intentarán que todos los medios cumplan.
El pasado 17 de noviembre tuvo lugar en el Ayuntamiento de Madrid un encuentro en el que se debatieron nuevas formas de tratar las violencias machistas, asistiendo también estudiantes y periodistas que no formaban parte de los medios invitados pero cuya sed periodística animaba el encuentro.
La sesión la inauguró Magda Bandera, directora del mensual La Marea, medio organizador del evento. La siguieron Anna Flotats de publico.es y Rafael Álvarez de El Mundo, quienes iniciaron la puesta en común de ideas para mejorar el trato de estas informaciones. Anna Flotats indicó que el diario publico.es fue el primer periódico en autoimponerse -en 2008 con Ignacio Escolar como director- un decálogo a seguir para tratar las informaciones de violencia de género. Sin embargo, Flotats confirma algunas dificultades para cumplirlo tras la nueva estructura en la redacción, resultado del cambio de papel a digital.
El decálogo de publico.es recoge algunas indicaciones obligatorias, como utilizar «violencia machista» en lugar de «violencia doméstica». En este punto el diario coincide con Rafael Álvarez, quien más tarde aportaría que no se pueden mezclar ambos términos. Algunos afirmaban que el término más adecuado es «feminicidio». Otros puntos del citado decálogo son: abandonar las justificaciones para los crímenes y los detalles morbosos; respetar siempre la presunción de inocencia de los agresores e incluir en la noticia el teléfono de ayuda a las víctimas de la violencia de género, el 016.
Este diario busca alcanzar ciertas metas, como utilizar un enfoque más atractivo con el objetivo de que la mayor gente posible lea la noticia, que los hombres vean que es prioritario informar sobre esto y, sobre todo, que se informe con rigor. Finalmente, Flotats añadió que publico.es tiene una sección feminista llamada Femenino plural, que se publica semanalmente, y que más medios deberían tener la suya. La Huella Digital no se queda atrás con Pluma Violeta, bajo la coordinación de Laura Martínez.
Para Rafael Álvarez los casos de violencia machista deberían nombrarse como violaciones de los Derechos Humanos, como la ONU la ha denominado. La ley española de violencia de género de 2004 fue un gran avance y «provocó un tsunami informativo para bien» pero, a partir de ahí, ha ido decayendo. Sin ir más lejos apuntó que, desde la manifestación del 7N sobre la violencia de género, «ha habido siete crímenes machistas con ocho víctimas mortales».
Echó en cara a los políticos que ya no tienen en sus agendas eventos en contra de esta violencia, además de no llevarse a cabo tantas campañas. Asimismo, puntualizó que el Ministerio de Igualdad, como tal, desapareció en la mitad de la segunda legislatura de Zapatero (concretamente en octubre de 2010), así como los profesionales del sector. En su opinión, los más veteranos y, por lo tanto, más experimentados a la hora de tratar estas informaciones, han desaparecido de los medios por culpa de la crisis. Estos dos factores, la «mecanización del periodismo» y la casi desaparición del vínculo de la violencia machista con la política, afectan directamente al correcto tratamiento de este tipo de noticias, siendo también determinantes «el desconocimiento y la oposición ideológica».
Para concluir, Álvarez puso en la mesa varias propuestas para que todo esto tome un rumbo más acertado, así como lanzó una pregunta para una posterior reflexión y debate. Algunas de las propuestas fueron que los periodistas fueran partícipes de cursos de formación para el trato de estas noticias, que se contextualizaran las informaciones y se relacionaran con otras parecidas o que se dieran informaciones útiles para las víctimas. La pregunta fue: «¿Hay que entrevistar a los maltratadores?«.
La siguiente intervención corrió a cargo de Mariola Lourido, de la Cadena Ser. La periodista explicó esta situación en el ámbito de trabajo de la radio. Denunció que en este medio de comunicación, donde los crímenes machistas son «un tema prioritario», se suele incluir el testimonio de los vecinos de las víctimas, una práctica que está disminuyendo según la profesional. Además, concretó que en las radios pequeñas con poco personal los locutores se encargan también de los controles técnicos, de la redacción de las noticias e incluso de varias secciones y, por lo tanto, no pueden, por falta de tiempo y recursos, dedicar la elaboración y el cuidado que merecen este tipo de noticias.
Mariola denunció la caída de actividad de las asociaciones feministas, admitiendo que ella ha «aprendido todo en sus ruedas de prensa». En cuanto al tratamiento de las víctimas, mantiene que «son tratadas como números, una estadística» y no como personas. «A Rajoy no le importa este tema» apuntó, «y el ministro pone un tuit». Concluyó señalando que «los agresores son invisibles, tenemos que verles la cara», así como «hay que reivindicar el feminismo como una forma de vida».
Las aportaciones continuaron de la mano de la Fila 0, formada por Marisa Soleto de Fundación Mujeres, Marta Pastor de RNE o Izaskun Sánchez de Diagonal. Pastor ilustró la situación actual en los medios cuando una colaboradora quiere hablar sobre la violencia machista con una metáfora en la que «una mujer quiere encender la luz pero el interruptor lo tiene un tío». «Los jefes tienen que concienciarse», afirmaba. El resto de aportaciones coincidían en que hay que tratar estos temas de forma transversal en las redacciones, así como hay que utilizar fuentes feministas en las informaciones o la expresión «terrorismo machista».
A continuación tomaron la palabra las tres expertas: Juana Gallego de la Universidad Autónoma de Barcelona, Sonia Núñez de la URJC y Pilar López Díez, doctora de Ciencias de la Información UCM.
Gallego lleva más de diez años siguiendo el tratamiento informativo de la violencia machista, quien ha comprobado que en los medios y en la sociedad hay una «disparidad de conceptos» y «esto indica que no sabemos de lo que estamos hablando». Quiso dejar claro que un asesinato no es un suceso, como se suelen tratar este tipo de noticias, ya que un suceso es «algo fortuito», pero los asesinatos no lo son porque «tienen razón y explicación». Todos los conflictos «remiten a un relato histórico», pero en la violencia de género no hay ninguno. Explicó que se debe a un cambio de la relación entre hombres y mujeres, ya que antes bastaba con maltratarlas, porque se sometían, pero ahora ya no están dispuestas a hacerlo y esto desencadena que los maltratos vayan a más y muchas veces desemboquen en asesinatos. «Este conflicto nos afecta a todos: hombres y mujeres», apuntó para concluir.
Sonia Núñez siguió con el turno de palabra, explicando con una presentación de Power Point la línea histórica de las políticas de defensa a las mujeres. Continuó Pilar López Díez con una extensa aportación. La periodista es doctora en CCInfo en la UCM, y ha colaborado en la elaboración de cuatro decálogos, como el de TVE o publico.es, para el tratamiento de la violencia machista en medios de comunicación. «Los medios de comunicación tienen que informar, educar y entretener. En ese orden», sentenció. Datos en mano puso en marcha su discurso, mencionando que Reino Unido gasta, de 28.000 millones de euros, solamente un 3% en sensibilización y prevención de la violencia de género. También aprovechó el momento para lanzar una pregunta, aunque lejos de querer recibir una respuesta: «¿Por qué somos tan benevolentes e indulgentes con los hombres asesinos?». «Tenemos que verles la cara, nombre y apellidos, no pueden seguir invisibles», apuntó. Denunció que desde 2014 las informaciones de violencia machista han pasado de ocupar media página a ocupar una pequeña columna: «El 65% de estas informaciones son breves».
Asimismo, denunció las informaciones clónicas, fragmentarias y sin contextualizar. Propuso hablar sobre las consecuencias físicas y psicológicas de las víctimas y su entorno familiar, aportar datos de personas expertas y explicar qué le ocurre al agresor: cuánto tiempo permanece en la cárcel, cómo vive después de la condena, etc. Habló también sobre las violaciones: «En un año se han violado a 3.650 mujeres, y el 70% de las mismas ocurren en el entorno familiar». A modo de cierre prefirió rescatar las palabras pronunciadas por la ONU: «Los estereotipos frivolizan, banalizan y desautorizan a las mujeres y son la causa subyacente de la violencia machista«.
Después de un descanso se presentaron las conclusiones, que resumen lo ya dicho anteriormente, divididas en diferentes áreas como «diagnóstico en medios», «polémicas» o «manual de redacción». El próximo martes 24 de noviembre tendrá lugar, a las 12:00 en la Asociación de la Prensa de Madrid, la presentación de estas conclusiones, y el decálogo creado a partir de ellas se enviará a los principales medios de comunicación españoles.