¿Os acordáis cuando al mediodía la televisión tenía dibujos animados? ¿Y qué me decís de las mañanas de los fines de semana enfrente del televisor escabullendo los gritos de los mayores para que recogieras tu cuarto?
Desde que naciera la TDT, la televisión se ha segmentando en una suerte de canales temáticos, dejando de lado al público más honesto: el público infantil. Lo que puede ser un beneficio para la audiencia, se ha convertido en lo mismo de siempre, el fracaso de la TDT debido a una concepción errónea de su estructura. Si el objetivo principal de la TDT era crear un contenedor de canales con una temática específica en la que el espectador tuviera la opción de elegir según sus intereses, el resultado ha sido una perpetuación de todo lo malo de la televisión, fundamentada en la redifusión de programas y series. Sin ser del todo ilícito –no podemos olvidar que como empresa privada, el principal agente de la televisión generalista es el anunciante, al que le vende espacios y audiencias– no puedo dejar de pensar en los espectadores más pequeños de los hogares españoles.
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Televisiones como La 2 ocupaban sus tardes de toda clase de programas para el público infantil y adolescente. Desde el mediodía podíamos ver series tan míticas como Calimero, Las tres mellizas, Watler Melon o para adolescentes series hoy consideradas “de culto” como Buffy CazaVampiros. En Antena3 teníamos series como Sabrina, cosas de brujas o el programa de los fines de semana, Megatrixen la que había una autentica interacción entre público, presentadores y televisión; como competencia directa la encontrábamos en el canal autonómico Telemadrid con el famoso Cyberclub, que con mascota incluida (Trasto) podías ser parte del Club con carné incluido, ¿no era maravilloso?
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Desde hace unos años, la rejilla de los canales principales se configuran en un conjunto de programas de zapping, redifusiones de programas semanales del prime-time o la Misa del fin de semana seguida del magazine taurino Tendido Cero. A pesar de todo hay canales temáticos para el espectador infantil como Clan TV (RTVE), Disney Channel (NET TV), BOING (Mediaset España) o el programa Neox Kidz dentro del canal Neox (Atresmedia). Y sin embargo, no puedo evitar preocuparme por los programas que consumen los niños de medio mundo. Si ya para nosotros Shin-Chan era toda una serie revolucionaria por lo descarado del personaje, la hipersexualización de las Monster High o la más que curiosa Hora de aventuras me hacen plantearme si son productos recomendables para nuestros espectadores infantiles o se trata más bien de series de dibujos animados para el deleite de otro tipo de audiencia, como en el caso de esta última y curiosa serie, que a través del ’merchandising’ se ha hecho un hueco en los armarios de más de un adulto de nuestro país.
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Ahora bien, ¿es culpa de los programadores? ¿Es culpa de las productoras? ¿O son los padres los que deben limitar los contenidos y las horas de televisión consumidas por sus hijos?
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Fotografía: Tomada de http://gratis.portalprogramas.com/rtve-clan.html